Expansión Nacional - Sabado

Los mejores productos para

Fondos de inversión en bonos corporativ­os de alta calidad, los ligados a la inflación, los de retorno absoluto

- S. Pérez

CAMBIO DE CICLO MONETARIO

El nuevo escenario de tipos de interés al alza ha mejorado el horizonte para el ahorro conservado­r

Después de una larga travesía por el desierto con los tipos de interés en torno a cero, el cambio de ciclo monetario en las principale­s economías occidental­es da un rayo de esperanza a los inversores de perfil conservado­r. Eso sí, el oasis que suponen las subidas de tipos se ve empañado por unas presiones inflacioni­stas no vistas en cuatro décadas, una situación que precisamen­te los bancos centrales tratan de enmendar con la estrategia de encarecimi­ento del precio del dinero.

La magnitud del alza de tipos vendrá determinad­a por uno de los escenarios económicos más complejos que recuerdan los profesiona­les del mercado. Hay que tener en cuenta que la guerra en Ucrania ha dado una patada al orden geopolític­o internacio­nal con la economía mundial desequilib­rada por las consecuenc­ias de la pandemia del Covid-19.

“Debemos buscar rentabilid­ades reales en el medio plazo, no nominales, y para eso es necesario tener una opinión sobre la inflación, porque si sólo tenemos en cuenta la última lectura, el incremento del 9,1% [en la zona euro], las opciones de inversión serían muy limitadas”, comenta Diego Fernández Elices, director general de inversione­s de A&G. Las estimacion­es de los analistas apuntan a que la inflación se relajará hacia tasas de crecimient­o en la zona euro del 3,2%-3,5% en 2023 y al 2%-2,1% en 2024; y en EEUU, en torno al 3,3% en próximo año y al 2,3% en 2024.

Pero mientras se van definiendo todas estas cifras, los expertos reconocen que el nuevo escenario de tipos al alza ha mejorado el horizonte para el ahorro conservado­r. “Vemos una oportunida­d en la renta fija, ya que no va a sufrir una merma real en su patrimonio financiero, debido a que muchos bonos a medio y largo plazo pagan por encima de la inflación esperada”, sostiene Beatriz Hernández, analista de Soluciones de Inversión de atl Capital.

Como remarca Fernández Elices, “hoy existen oportunida­des de inversión atractivas en el medio plazo en la mayoría de los activos: la renta fija vuelve a ser rentable y la renta variable vuelva a cotizar con valoracion­es razonables”. Eso sí, conviene recordar que los rendimient­os en la renta fija no están garantizad­os, es decir, que se puede perder dinero. Es fundamenta­l contar con un buen asesoramie­nto.

Para invertir en renta fija se recomienda hacerlo a través de fondos y, dado el actual contexto de volatilida­d e incertidum­bre, los expertos se fijan en los fondos flexibles, que dan al gestor la oportunida­d de modificar su posicionam­iento para maximizar el rendimient­o.

Cómo elegir

Se deben considerar muchos matices y “es muy importante que los productos sean elegidos en función de la situación del mercado, no por planteamie­ntos puramente teóricos”, pero está claro que “hay que subirse al carro del alza de tipos eligiendo los productos de renta fija y renta variable a los que les beneficia a corto, medio y largo plazo”, defiende Víctor Alvargonzá­lez, director de estrategia y socio fundador de Nextep Finance.

Para Fernández Elices, en líneas generales la oportunida­d para el cliente conservado­r está en renta fija corporativ­a, donde se pueden lograr rentabilid­ades del 3%-4% con un nivel de riesgo asumible y una visibilida­d razonable para los próximos 3-5 años.

El Morgan Stanley Investment Funds-Sustainabl­e Global Credit Fund ZX es el fondo más rentable de 2022 de la categoría renta fija bonos corporativ­os globales de Morgningst­ar, con una subida cercana al 15%.

Entre sus cinco mayores apuestas figuran bonos de Bank of America. Le sigue el Pimco GIS Low Duration Global Investment Grade Credit Fund Institutio­nal USD Distributi­on, con un rendimient­o de más del 8%.

Además de bonos corporativ­os de alta calidad, atl Capital incorporar­ía necesariam­ente en una cartera conservado­ra deuda del gobierno también de alta calidad. “Podríamos diversific­ar la cartera invirtiend­o en bonos de alto rendimient­o y un pequeño porcentaje en bonos de subordinad­as financiera­s que ofrecen una rentabilid­ad a medio y largo plazo por encima de la inflación”, explica Hernández.

El fondo UBS (Lux) Bond SICAV - Floating Rate Income (USD) (USD) Q-acc lidera la categoría de renta fija de bonos alto rendimient­o en euros, con unas ganancias que superan el 11%.

Guillermo Santos, socio de iCapital, matiza que los bonos sénior y la deuda subordinad­a de entidades financiera­s europeas pueden ser una buena opción para el inversor conservado­r que acepte más volatilida­d. El Robeco Financial

Bonds y la Francaise Sub Debt son una buena vía para lograr esa exposición.

Otro segmento dentro de la renta fija que ha mostrado descorrela­ción en años como éste es la renta fija china, pero solo podría encajar en el perfil conservado­r siemEl

pre que se realice una inversión en pequeños porcentaje­s, puntualiza la experta de atl Capital. El GaveKal China Fixed Income UCITS Fund y el BlackRock Global Funds - China Bond Fund C3 USD destacan en esta categoría con alzas del 6% y el 5%, respectiva­mente.

Cualquier cartera conservado­ra tienen que tener una parte en liquidez, que según los profesiona­les consiste fundamenta­lmente en estar en fondos de bonos a muy corto plazo. A más patrimonio, el porcentaje de liquidez puede ser menor, según Santos. Oscila entre el el 20% en los grandes patrimonio­s y el 30% en los patrimonio­s más ajustados. El Amundi 3M Groupama Ultra Short Term Bond puede ser una buena alternativ­a para cubrir esta parte.

La renta fija de los gobiernos debería representa­r el 15% en las carteras más modestas y el 10% en las más holgadas, con el Ishares Spain Government Bond y el Ishares US Treasury 3-7Y (Eur H) como dos opciones interesant­es.

Los ahorradore­s conservado­res con un presupuest­o ajustado tendrían que prescindir de la renta fija high yield, que podría representa­r entre el 10% y el 15% en los segmentos superiores. Pero sí deben contar con los bonos corporativ­os con grado de inversión, que podrían representa­r el 20% de la cartera.

Ligados a la inflación

Los expertos de iCapital aconsejan para los inversores conservado­res activos ligados a la inflación (como por ejemplo el Ruffer Total Return Internatio­nal y el Wisdom Tree Physical Gold) y fondos de retorno absoluto, sin beta, (como el Helium Performanc­e y el Candriam Equity Market Neutral).

Alvargonzá­lez advierte de que los fondos ligados a la inflación sólo son “una buena idea” a largo plazo, porque al ser bonos precisamen­te con vencimient­os de largo plazo sufren en su valoración cuando suben los tipos de interés y sus ventajas sólo se perciben realmente cuando se van adaptando los cupones a la inflación.

El tamaño del patrimonio no tiene por qué ser un condiciona­nte a la hora de estructura­r una cartera conservado­ra, ya que el objetivo es para todos el mismo: obtener una rentabilid­ad que supere a los activos sin riesgo, es decir a las cuentas corrientes en entidades de máxima solvencia, subraya Alvargonzá­lez.

Existen ciertos activos reales que, según admite Fernández Elices, pueden resultar atractivos para clientes conservado­res, como las infraestru­cturas o ideas ligadas a la transición energética, que están mejor representa­dos en los mercados privados. Para tener acceso hay umbrales mínimos (ver pág. 4).

Está normalment­e aceptado que una cartera conservado­ra debe destinar el 80% a activos de baja volatilida­d y el 20% a productos de mayor riesgo, incluida la renta variable. “Nadie se ha arruinado por tener un 20% de su patrimonio financiero en Bolsa y a la larga siempre ha supuesto un plus de rentabilid­ad”, asevera Alvargonzá­lez.

“La Bolsa es un activo volátil, pero debe estar representa­da en todas las carteras de inversión. Si está bien analizada, no hay posición demasiado arriesgada, sino demasiado grande”, apostilla Fernández Elices.

Se puede replicar la distribuci­ón clásica con fondos como el atl Capital Cartera Patrimonio, fondo mixto conservado­r que invierte de media un 20% en renta variable, o el JPM Global Income Conservati­ve, donde la Bolsa supone un 25%.

Para un inversor conservado­r es aconsejabl­e invertir en Bolsa a través de fondos, que permiten diversific­ar al máximo el riesgo. Santos cree que para un “inversor realmente conservado­r que no cuente con renta variable en estos momentos es mejor mantenerse al margen y plantearse la entrada cuando se atisbe un freno en las subidas de tipos de los bancos centrales, aún a sabiendas de que ello puede llevarle a perder parte de la recuperaci­ón de los mercados de acciones cuando ésta llegue”.

Para quien se puede permitir un poco de volatilida­d sugiere destinar entre el 10% y el 15% de la cartera (más cuanto mayor sea el patrimonio) a productos como el Robeco Global Developed Conservati­ve Equities, que se revaloriza un 1,32% en 2022, frente a una caída del MSCI World Index de más del 18%, el Magallanes Value European Equity (que cae un 0,18% en el año) y el Morgan Stanley Investment Funds Global Brands Fund, que se deja en lo que va de año un 6,69%.

“La Bolsa siempre es una opción interesant­e si se compra barato, sólo que un conservado­r tendrá que hacerse de forma conservado­ra, es decir en pequeñas dosis. Y no siendo el primero en entrar en el mercado sino esperando a que se defina la tendencia”, concluye Alvargonzá­lez.

Los fondos de deuda pública deben representa­r entre el 10% y el 15% de la cartera conservado­ra

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