Oportunidades en la economía real
Con un abultado talonario se puede participar en oportunidades de la economía real: inmuebles, empresas, colegios o infraestructuras, por ejemplo. Las participaciones mínimas para acceder a estas inversiones rondan los 250.000 euros. Estos activos, caracterizados por su iliquidez, deben tener un peso reducido en las carteras conservadoras: entre el 7% y el 10%, según Guillermo Santos, socio de iCapital.
Para sentirse cómodo en este tipo de inversiones, además de holgura financiera, hay que contar con la virtud de la paciencia. El horizonte temporal de estas inversiones suele ser largo, entre 3 y 7 años, pudiendo llegar a los 10 años. Este tipo de activos de la economía real no son líquidos, pero a cambio su potencial de rentabilidad es superior, no dependen tanto de los mercados financieros y de los movimientos especulativos. Quien se abra a otras estrategias en los mercados privados puede obtener aún mayor cosecha. Inversiones en infraestructuras, como parques eólicos, pueden rentar en torno al 8%. Se suelen materializar a través de un fondo, por lo que se hace un desembolso inicial y luego se firma un contrato a largo plazo por el que se va cobrando lo que equivaldría a unas rentas.
Otra opción dentro de los activos ilíquidos es invertir en empresas no cotizadas, a través de private equity, lo que se puede canalizar a través de fondos de fondos, de fondos especializados o de forma directa. Consiste en aportar recursos financieros durante un periodo a cambio de una participación en empresas de las que se espera un alto crecimiento. Su potencial reside en la capacidad del equipo gestor de hacer crecer y profesionalizar las compañías, optimizar su financiación y generación de caja y maximizar su venta. La rentabilidad que se puede obtener con el private equity va en función del capital invertido, pero es normal esperar hasta un 12% anual.
Entre los activos alternativos emerge la inversión en arte. Las nuevas tecnologías permiten ir más allá de la compra y venta en casas de subastas. El fenómeno blockchain posibilita invertir en una obra de arte de manera fraccionada.
También existen los fondos de arte, como el InArt-Fund, con una inversión mínima de 125.000 euros. Prevé retornos de entre el 10% y el 15% anual. La inversión en arte requiere de asesoramiento profesional. Los particulares no deberían destinar más del 5% de la cartera.