Expansión Nacional - Sabado

Cambio radical de escenario

La subida de los tipos de interés resucita el ahorro ultraconse­rvador y complica el futuro de las bolsas.

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Hace justo un año, las economías mundiales se enfrentaba­n al reto de dejar atrás el gran shock provocado por el estallido del Covid-19 en un escenario de tipos de interés negativos. Doce meses después, el escenario ha cambiado radicalmen­te. El precio del dinero en la zona euro ha saltado hasta el 1,25% y hasta la horquilla entre el 2% y el 2,25% en Estados Unidos, la inflación corre desbocada y hay tambores de recesión en las grandes economías mientras la guerra desatada por Rusia en Ucrania se extiende en el tiempo.

Hay, por lo tanto, nuevas reglas del juego para inversores y ahorradore­s. Después de una larga travesía por el desierto, la rentabilid­ad de los productos tradiciona­les de ahorro sin riesgo sale del coma. En estos momentos, los mejores depósitos a plazo del mercado español están ofreciendo rentabilid­ades que ya superan holgadamen­te el 1,5% en el plazo de un año y avanzan por encima del 2% en período más largos. La subida sólo acaba de empezar.

En el caso de las cuentas, cada vez hay más opciones atractivas para elegir, con rentabilid­ades que llegan hasta el 5%. Los retornos crecientes de estos productos aún no compensan ni de lejos el aumento del coste de la vida (la inflación en España alcanza el 0,4%), pero al menos permiten colocar la liquidez a buen recaudo y tipos más o menos suculentos hasta que pase la tormenta.

De la subida de tipos también se empiezan a beneficiar los fondos de renta fija a corto plazo, que de media han ofrecido rentabilid­ades negativas a lo largo de 2022.

La otra cara de la moneda son los activos de riesgo. El brusco giro al alza de los tipos de interés ha provocado un ajuste duro en las valoracion­es de la renta variable, con caídas en todos los índices mundiales que han sido especialme­nte bruscas en los dos lados del Atlántico. El S&P 500 y el Stoxx Europe 600 sufren descensos de alrededor del 15%.

El final de este fuerte proceso correctivo dependerá del ritmo de recuperaci­ón de las mayores economías. De momento, las expectativ­as no son muy halagüeñas. Las empresas con dividendos elevados y sostenible­s son ahora la mejor opción para entrar en Bolsa con colchón. En estos momentos, una quincena de empresas españolas ofrecen rentabilid­ades por dividendo superiores al 7%.

La renta fija, que ha sufrido pérdidas históricas en lo que va de año, también empieza a ofrecer oportunida­des en forma de nuevas emisiones con cupones más atractivos en plena subida de los tipos de interés en todo el mundo.

El mercado inmobiliar­io acusa asimismo el impacto del nuevo escenario monetario. La primera consecuenc­ia es la subida del euribor hasta los niveles más altos de los últimos 10 años. Quienes se estuvieron benefician­do durante años de los precios de las hipotecas más bajos de la historia, se enfrentan ahora a una subida vertical de la letra mensual.

Aunque los precios de los préstamos para compra de vivienda de los bancos españoles continúan entre los más competitiv­os de Europa, el esfuerzo para la compra de vivienda se ha disparado hasta niveles de alrededor del 3% TAE en las mejores hipotecas a tipo fijo. En paralelo, las entidades financiera­s están potenciand­o las hipotecas mixtas y a tipo variable.

Para quienes buscan refugio en el mercado inmobiliar­io, la compra de garajes, trasteros y locales comerciale­s es una alternativ­a atractiva según los precios y las ubicacione­s. Con perfiles de riesgo muy distintos, el oro y las criptomone­das también juegan sus bazas para diversific­ar carteras en estos tiempos difíciles.

Los depósitos y las cuentas remunerada­s vuelven a competir por el ahorro conservado­r

► El alza de tipos de interés en la zona euro continúa en este último tercio del año. Los expertos prevén que el precio oficial del dinero se situará alrededor del 2% cuando termine 2022. Por lo tanto, es previsible que las rentabilid­ades de los depósitos mejoren significat­ivamente en los próximos meses. En este escenario, es muy importante no incurrir en el coste de oportunida­d. Por lo tanto, hay que evitar la tentación de contratar un producto a dos o cinco años con rentabilid­ades que ahora son muy superiores a la media pero que pronto pueden ser superadas por otros depósitos de plazos más cortos. Los expertos recomienda­n contratar plazos no superiores a los 12 meses e incluso más cortos de tres o seis meses, para tener la máxima flexibilid­ad a la hora de mover el dinero en el futuro.

► No hace falta ser un inversor sofisticad­o para comprender las caracterís­ticas básicas de un depósito. El cliente solo tiene que elegir el plazo y el importe. Pero sí hay que tener muy en cuenta que recuperar la inversión antes de tiempo es una tarea casi imposible en estos productos. La mayoría de las entidades penaliza la retirada anticipada, ya sea parcial o total. Lo puede hacer aplicando una comisión por reembolso o reduciendo el tipo de interés. En otros casos, los bancos no permiten disponer del dinero hasta el final del plazo acordado. Por lo tanto, hay que invertir en depósitos sólo el capital que no vayamos a necesitar en ningún caso.

► Invertir con garantías exige también extremar las precaucion­es. Los primeros 100.000 euros por cada titular y cada entidad están garantizad­os por el Fondo de Garantía de Depósitos, con independen­cia de cual sea el banco. Los detalles son importante­s. Como explica el portal del cliente del Banco de España, “Si usted y su pareja tienen 120.000 euros en un depósito en un banco, lo tienen todo garantizad­o. Si tienen 240.000 euros, solo tendrían garantizad­os 200.000”.

En el caso de las entidades extranjera­s, la garantía está cubierta en su país de origen.

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