El desierto de la obra pública en España
El presupuesto de inversión pública en España va a experimentar un salto exponencial en 2023 gracias a la inyección de los fondos Next Generation. La obra pública (infraestructuras y ecosistemas resilientes) va a ser, después de la I+D y la digitalización, el capítulo que más va a disfrutar de esta escalada presupuestaria, el 15% de los 43.000 millones de euros que aparecen en el proyecto de Presupuestos Generales presentados esta semana en el Congreso. Sobre el papel, hay motivos para la satisfacción entre los grupos constructores. Pero la realidad es que los contratistas ven con preocupación las condiciones del mercado. Lo refleja el comportamiento de la obra pública en el último año. Nunca antes en España habían quedado desiertos concursos por valor de casi 900 millones de euros, una circunstancia insólita que responde a los desajustes entre los precios de licitación y la evolución de los costes de construcción, alterados de manera extraordinaria por el encarecimiento de la energía. En España no es habitual que un concurso se declare desierto. Las constructoras españolas se caracterizan por su competitividad, con bajas sobre el valor de salida de las obras de más del 20%. Los sobrecostes provocados por el encarecimiento de productos básicos como el cemento, el acero y el cobre, entre otros, se han disparado el 33% de media, inasumible por las empresas. En el último año, se han declarado desiertas 1.939 obras y la tendencia podría aumentar si las administraciones no asumen, de una vez, sistemas de revisión de precios. Estas cláusulas de reequilibrio de los contratos funcionaron en España desde 1965 hasta que en 2015 se optó por desindexar la economía de la inflación. En la actualidad, con el IPC rozando el 10%, la norma necesita una reformulación al perder eficacia en el mercado de obra pública. España debe adaptar el sistema de contratación para optimizar el uso de los 140.000 millones de euros de fondos de recuperación Next Generation procedentes de la Unión Europea.
El coste del gas se ceba con el azulejo
España es el quinto productor mundial de azulejos y el segundo exportador, y dada la concentración de fabricantes en el clúster de Castellón, el sector representa el 11,6% del empleo industrial de la Comunidad Valenciana, el 2,7% del PIB industrial español y el 0,9% de las exportaciones totales de España. En 2021 las ventas del sector crecieron un 26% hasta 4.863 millones de euros, con un margen ebitda del 15,9%, muy en línea con el 16,1% de 2020. El pasado mayo, el informe de Deloitte Situación y perspectivas del sector cerámico avisaba de una estimación de margen ebitda del 7% este año, pero en las últimas semanas la crisis del sector se ha acentuado por la persistencia de los altos costes energéticos, hasta el punto de que tres compañías han anunciado su cierre. Se trata de Todagres (Grupo Fuertes) y de Azuliber (fabricante de arcilla atomizada, materia prima fundamental para el azulejo) y su filial Azulejera Alcorense (ambas adquiridas por Grupo Pamesa en 2021). Deloitte apuntaba en su informe a que la industria tendrá que convivir con unos costes energéticos más elevados compensados en parte por unos precios elevados, lo que le obligará a incentivar la innovación. Las subidas de precios han sido bien absorbidas por el mercado, pero la producción a pérdida no es sostenible. Por el momento, España va retrasada en la adopción de ayudas para paliar el desaforado coste energético, y si las empresas industriales cierran el futuro pinta negro.
El gupo textil chino Shein ajusta su valor
Shein, gigante chino de venta online de ropa, también está viéndose afectado por la evolución de los mercados y, según distintas fuentes consultadas por Financial Times, en las últimas transacciones privadas su capital habría sido valorado entre 65.000 millones y 85.000 millones de dólares. La cifra compara con una valoración de más de 100.000 millones de dólares en una ronda de financiación cerrada en abril en la que la compañía obtuvo entre 1.000 y 2.000 millones de dólares, y en la que participó el fondo General Atlantic, además de otros inversores que ya estaban en el capital. El ajuste es perfectamente entendible a la luz de la evolución bursátil de dos de sus grandes competidores, Inditex y H&M, cuyas cotizaciones en los últimos doce meses han caído un 31% y un 38%, respectivamente. Los retos del sector de moda y complementos están claros: elevada inflación de costes y débil confianza del consumidor por la debilidad de la economía. Por el momento, Inditex es la gran excepción por su buena evolución fundamental, con aumentos en márgenes y crecimiento a doble dígito. A pesar de la caída en la valoración, Shein sigue siendo una de las compañías privadas con mayor valoración a nivel mundial y la generación de valor desde 2020, año en que fue valorada en 15.000 millones, es indiscutible. La compañía fue fundada en 2008 y ha registrado un gran crecimiento en EEUU y Europa, donde su ropa barata y con estilo ha sido un gran éxito, con TikTok como gran aliado.