La subasta electrónica de Aena, bajo amenaza de impugnación
Los desajustes en el sistema de contratación pública no solo afecta a los contratos de obra. También a los de suministro y de servicios. Aena se encuentra permanentemente en el ojo del huracán al ser una de las unidades inversoras del Estado que más cuida la partida de gastos con sus proveedores.
El monopolio aeroportuario ha convocado el concurso para la renovación de la oferta de restaurantes del
Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas en contratos valorados en más de 1.500 millones de euros para los próximos ocho años. Actualmente la licitación se encuentra en fase de recepción de ofertas. En noviembre está previsto que arranque el proceso de adjudicación mediante un sistema de subasta electrónica que está en tela de juicio por sentencia del Tribunal Supremo. Las fuentes jurídicas consultadas indican que el gestor aeroportuario se enfrenta a una cascada de impugnaciones si prosigue con esta intención, ya que, según la doctrina del alto tribunal, los contratos licitados no son alquileres, sino contratos de concesión, donde no cabe la subasta electrónica, entre otras restricciones.
El mayor operador de restauración en Barajas es el grupo Áreas, que se impuso en la licitación de 2013. Explota 47 locales de los 55 licitados por Aena. Según las condiciones del concurso, Áreas no podrá repetir el éxito de 2013, ya que Aena ha fragmentado el concurso con una fórmula de adjudicación que los abogados de las empresas tienen dudas sobre su legalidad.
Aena ha convocado a las empresas para repartir contratos por 1.500 millones en Barajas