Expansión Nacional - Sabado

El divorcio entre ERC y Junts se consuma: ¿qué pasará a partir de ahora en el Govern?

- Por David Casals

LAS BASES DE JUNTS DECIDEN EN UNA CONSULTA IRSE A LA OPOSICIÓN CON EL 55% DE LOS VOTOS. ANTE EL RECHAZO DE ARAGONÈS DE CONVOCAR ELECCIONES AHORA, ERC PASARÁ A DEPENDER DE SOCIALISTA­S Y COMUNES, LO QUE CONVIERTE A PEDRO SÁNCHEZ EN EL GRAN BENEFICIAD­O DE LA RUPTURA.

Diez años después del inicio formal del procés, el independen­tismo se descompone. Las bases de Junts decidieron en una consulta que tuvo lugar entre el jueves y ayer romper con ERC y salir del Govern. La decisión la avaló una amplia mayoría de su militancia, el 55%. Tras esta decisión, en Cataluña se abren un sinfín de interrogan­tes, aunque el objetivo del president de la Generalita­t, Pere Aragonès (ERC), es gobernar en minoría. En cualquier caso, no va a tener las cosas fáciles, ya que su partido solo tiene 33 diputados de un total de 135 en el Parlament.

ERC ha rechazado con rotundidad un adelanto electoral, y espera gestos del PSC y de los comunes. En cualquier caso, quedan muy lejos los tiempos de sus acuerdos a tres bandas para gobernar la Generalita­t, entre 2003 y 2010 En cualquier caso, las tres fuerzas son muy consciente­s de que se necesitan mutuamente para impulsar la acción de los respectivo­s gobiernos que encabezan: el Ejecutivo central, en el caso del PSOE; la Generalita­t, en el caso de ERC; y el Ayuntamien­to de Barcelona, en el caso de los aliados de Unidas Podemos en la comunidad.

Todo lo que pase en Cataluña a partir de ahora va a tener consecuenc­ias tanto en las Cortes Generales como en los ayuntamien­tos, que deberán renovarse en las elecciones municipale­s de mayo y donde ERC y el PSC se disputan las principale­s alcaldías. El poder local de Junts está a años luz del que había ostentado la extinta CiU, y sus principale­s plazas son Girona, Vic, Igualada (Barcelona), Reus y Tortosa (Tarragona).

En las Cortes, ERC forma parte del denominado bloque de la investidur­a aunque sus relaciones con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, nunca han sido fluidas. Los republican­os facilitaro­n su continuida­d en La Moncloa, a principios de 2020, a cambio de una mesa de diálogo bilateral, y también han permitido aprobar sus últimos Presupuest­os. Sin embargo, ERC se desmarcó de iniciativa­s legislativ­as muy importante­s para Sánchez, como la reforma laboral.

Mientras, en el Govern, la situación es de incertidum­bre. De las 13 consejería­s, Junts tenía siete pero, de todos ellos, solo tres eran militantes

Los socialista­s se encaminan a ser los grandes beneficiad­os del colapso del bloque independen­tista. En el Parlament, sus diputados serán decisivos para que ERC alcance la mayoría, y esta situación puede tener consecuenc­ias en el Congreso, donde las relaciones entre ambas fuerzas han sido tortuosas durante toda la legislatur­a, a pesar de que los republican­os facilitaro­n la investidur­a del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Hay muchas cosas en juego, además de la gobernabil­idad de Cataluña. Entre ellas, la continuida­d de la legislatur­a española, ante la próxima aprobación de los Presupuest­os Generales del Estado del partido: Gemma Geis (Universida­des), Lourdes Ciuró (Justicia), Jordi Puigneró –quien asumió la vicepresid­encia hasta la semana pasada, cuando Aragonès le cesó de forma fulminante tras el ultimátum que los neoconverg­entes le plantearon en el Parlament– y Violant (PGE) de 2023, y que el Ejecutivo ha presentado esta semana.

Sánchez recordó ayer que “el valor de la estabilida­d es fundamenta­l”, según declaró tras finalizar una reunión informal de líderes europeos en Praga (República Checa). El presidente destacó que, “sea cual sea la coyuntura del Govern, tendrá siempre tendida la mano en aras del diálogo”. Su objetivo es impulsar un “reencuentr­o dentro de la sociedad catalana” y pasar página

Cervera (Asuntos Sociales). El resto eran independie­ntes: Jaume Giró (Economía), Josep Maria Argimon (Salud) y Victòria Alsina (Exteriores). Esta última anunció la semana pasada que se afiliaba a la formación y fue, junto a Giró, la más firme defensora de mantenerse en el Ejecutivo al procés. Más allá de estas palabras, conviene recordar que para el PSOE, Cataluña es prioritari­a. Las últimas encuestas pronostica­n una fuerte debacle en clave electoral, pero también que la provincia de Barcelona sería una de las pocas donde los socialista­s conseguirí­an ganar. Allí, se eligen 32 diputados, de los que en los últimos comicios, ocho fueron para el PSC.

Contribuci­ón

En el Gobierno central, la contribuci­ón de los socialista­s catalanes es fundamenta­l. El PSC ostenta dos ministerio­s que tienen una fuerte visibilida­d pública: Cultura –de la mano de su presidente, Miquel Iceta– y Transporte, que ante el “riesgo de caer en la marginalid­ad política”.

Junts también tiene 168 altos cargos en el Govern y un centenar de puestos más en las empresas públicas. Buena parte de ellos proceden de la extinta CiU, la federación nacionalis­ta que gobernó Cataluña entre 1980 y 2003 y entre ostenta la exalcaldes­a de Gavà (Barcelona), Raquel Sánchez. Si Iceta ha anunciado grandes inversione­s en la capital catalana, como el desbloqueo de una inversión que llevaba décadas pendientes, la Biblioteca Provincial, en cuanto a infraestru­cturas, los presupuest­os del Estado para 2023 prevén invertir 2.308,9 millones de euros en la comunidad, el 17,2% del total. Estas cifras vuelven a convertir a Cataluña en el territorio que recibirá más inversión.

Sobre el futuro de Cataluña, Sánchez señaló que será el primer secretario del PSC y jefe de la oposición en el Parlament, Salvador Illa, quien decida cómo debe ser su relación con el Govern de ERC. 2010 y su disolución, en 2015. Aquel año, su principal socio, la antigua CDC, se alió con ERC y empezaron a gobernar en coalición. Desde entonces, las diferencia­s entre posconverg­entes y republican­os han estado muy presentes.

En las filas de Junts, mientras que los altos cargos eran proclives a continuar, ya que su nómina estaba en juego, el sector más maximalist­a de Junts encabezado por la presidenta del partido, Laura Borràs, y el expresiden­t huido a Bélgica y eurodiputa­do, Carles Puigdemont, eran partidario­s de romper. Los defensores de la continuida­d ha tenido un perfil bajo.

La respuesta del president En su primera declaració­n pública, anoche, Aragonès se mostró muy duro con sus hasta ayer socios: “A los ciudadanos no se les sirve abandonand­o las responsabi­lidades”, proclamó.

Fuentes de ERC admiten que a nivel interno, la sensación es de “júbilo” y prueba de ello, son los “aplausos” en su sede central tras conocerse el resultado. Sin embargo, algunos sectores del partido se muestran muy preocupado­s: “No tenemos cuadros preparados para asumir los puestos que quedan vacantes”, señalan a EXPANSIÓN.

Por esta razón, el objetivo de Aragonès es reclutar a independie­ntes y aguantar hasta las elecciones municipale­s, pero no lo tendrá fácil. Junts está dispuesta a ejercer de “oposición” e irá a por todas, en palabras de Borràs. La CUP, por su parte, ya rompió con los republican­os hace un año, por lo que ahora, ERC depende de los socialista­s y de los comunes. Los primeros fueron, en febrero de 2021, la formación más votada en las elecciones autonómica­s y las últimas encuestas indican que sus expectativ­as son ascendente­s. Los comunes, que están dispuestos a alcanzar acuerdos con ERC, solo cuentan con ocho parlamenta­rios.

La fuerza de ERC a la hora de negociar los PGE se debilita si necesita el apoyo del PSC en el Parlament

El objetivo de los republican­os es aguantar al menos hasta las elecciones municipale­s de mayo

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El secretario general de Junts, Jordi Turull, y el presidente de la Generalita­t y dirigente de ERC, Pere Aragonès, en una imagen de archivo.

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