Pierden la correlación con Nasdaq
Criptomonedas y valores tecnológicos separan sus caminos de forma abrupta. La correlación casi perfecta entre el Bitcoin y el índice Nasdaq que en el arranque de 2022 llegó a alcanzar picos del 90% y se mantuvo sin apenas cambios hasta el pasado mes de mayo, ha saltado por los aires. El colapso de la plataforma FTX no ha hecho sino agrandar y consolidar una separación de caminos a la que de momento no se ve el final. El cambio de escenario es radical. Nada tiene que ver con la primera fase del año, justo antes de que la Reserva Federal pusiera en marcha las primeras subidas de los tipos de interés. El giro brusco de la política monetaria de la primera economía del mundo provocó una primera gran caída tanto del valor de las criptomonedas como de los valores tecnológicos. Pero en proporciones muy diferentes. La subida del precio del dinero, la guerra en Ucrania y la creciente aversión de los inversores a los activos de riesgo han colocado a las criptodivisas en una situación desconocida. Desde el nacimiento de bitcoin en 2009, el batallón creciente de criptoactivos que ha generado una de las industrias financieras más lucrativas de la historia había florecido en un escenario de tipos de interés bajos sin precedentes. Ahora el sector enfrenta un cambio de escenario muy radical hasta el punto de que pasa por sus momentos más difíciles. Después de los esperanzadores últimos datos de inflación en Estados Unidos y en pleno shock por el colapso de FTX, de forma decidida los inversores con apetito al riesgo están apostando más por la renta variable que por las criptomonedas, que deben recuperar la confianza de los inversores.