Expansión Nacional - Sabado

Del ‘ghosting’ al ‘cushioning’: ¿más poder aún

La afinidad, que es el material con el que se construye el éxito en la búsqueda de un puesto o la adecuación a lo que pide el reclutador, está en la base

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TENDENCIAS

El mundo de la pareja, de las relaciones personales y los contactos siempre ha sido un filón para explotar metáforas, ejemplos y casos de éxito (o fracaso) relacionad­as con la búsqueda de empleo o con las estrategia­s que llevan a adaptar a los candidatos a las necesidade­s de las empresas y reclutador­es.

Todo esto tiene que ver con la afinidad, que es una materia prima indispensa­ble para aquellos que se dedican a acertar en el difícil arte de conectar a los candidatos adecuados con los puestos, empresas y jefes que más les convienen en esa búsqueda crítica de la media naranja profesiona­l.

Dominar la afinidad implica algo así como tener superpoder­es para acertar con los mejores candidatos a un puesto de trabajo, pero estos superpoder­es ya no son exclusivos de los reclutador­es... Los candidatos adquieren poco a poco un nuevo poder: ya antes de la pandemia descubrimo­s que, igual que los reclutador­es utilizan las redes para valorar, comprobar y selecciona­r a los candidatos, éstos empezaban a conseguir niveles de exigencia nunca vistos que les han llevado a rechazar ofertas de empleo y a las empresas que no les gustan.

Andrés Pérez Ortega, consultor en estrategia personal, recuerda que “cuando el trabajo era estable y para toda la vida, la forma de relacionar­nos con las empresas se parecía más a un matrimonio. Hoy tendemos a tomar decisiones sobre ellas de forma parecida a las que seguimos para elegir un restaurant­e o las que usamos en redes de contactos como Tinder”.

Candidatos fantasma

Todo esto ha precipitad­o el hecho de que cada vez más aspirantes decidan abandonar los procesos de selección sin avisar a los reclutador­es, o que empiecen a mostrar cierta promiscuid­ad y una falta de lealtad que antes no se daba. Es lo que se conoce como ghosting en los procesos de selección, propio de aquellos que son bautizados como candidatos fantasma, que además no parecen pensar demasiado en las consecuenc­ias que ese ghosting puede tener en futuros procesos de sebuena lección en los que llegarán a participar.

Con las incertidum­bres generadas por la pandemia, y en el marco de la gran renuncia o gran dimisión, de las reticencia­s a seguir trabajando de la misma manera que antes –que provocan fugas de talento y de profesiona­les a otras empresas– han aparecido otros fenómenos que también se relacionan con la afinidad o con la capacidad de hacer match con el reclutador y la empresa: la del cushioning es otra tendencia que recuerda a una práctica bastante antigua conocida como “tener un plan B”, y que en la vida de pareja implica buscar y fomentar una relación “de reserva” a la que se puede recurrir si la relación actual no funciona o no nos resulta satisfacto­ria.

En el terreno laboral, el cushioning viene a ser lo que toda la vida se ha llamado buscar un trabajo (o varios) –este sería el plan B– desde el se que tiene ahora (que sería el plan A), en una especie de amortiguac­ión de carrera, que nos lleva a un cierto abandono del trabajo principal para centrarse en la búsqueda de aquel puesto ideal que puede darnos la verdadera felicidad profesiona­l.

Nada nuevo bajo el sol... salvo por los datos que hablan de un incremento notable –sobre todo en los últimos meses– de esa deslealtad laboral que lleva a un empeño excesivo en buscar una pareja de reserva parta solucionar la incertidum­bre del momento. Muchos están “amortiguan­do su carrera” o comenzando la búsqueda y preparándo­se para seguir adelante (por si acaso) antes de dejar un puesto actual.

‘Amortiguac­ión’ de carrera

Esta estrategia de amortiguac­ión también viene del mundo de la pareja y de las citas. Se trata de considerar otras opciones para suavizar el golpe potencial de una posible ruptura. Aquí la protección profesiona­l busca agregar seguridad a la vida laboral y prepararse para lo inesperado, con una búsqueda de trabajo que se ve como más estable.

Todo esto participa de la idea de que nunca es un mal momento para buscar empleo, y prepararse para un próximo paso laboral siempre es una decisión para cualquiera que se sienta inseguro sobre el futuro de la economía y del mercado de trabajo.

Los expertos creen que aquellos que trabajan en sectores como la tecnología o el comercio minorista, o quienes creen que las ventajas del trabajo en remoto pueden estar en peligro, ven que ha llegado el momento de hacer un movimiento lateral que, en todo caso, debe contemplar una actualizac­ión de las habilidade­s profesiona­les. Es tiempo de planes B, siempre que se sea capaz de reinventar la propia carrera.

‘Relación abierta’

Sobre estos movimiento­s laterales, ajenos al trabajo principal que uno desarrolla, Andrés Pérez describe otra tendencia que podría calificars­e de “relación abierta” con nuestro trabajo principal (el plan A).

Pérez habla de “proyectos paralelos” que no suponen pluriemple­o y por los que nuestra empresa no podría ponernos pegas legales o económicas. Consiste en generar fuentes alternativ­as de ingresos, como un nuevo estado de la carrera profesiona­l, que nos permite sacar partido extra a nuestras capacidade­s.

Esta relación abierta con el empleador principal lleva a otros a arriesgars­e un poco más. Así, el teletrabaj­o provoca que cada vez más gente se plantee la posibilida­d de tener segundos empleos que mantienen en secreto, tratando de ocultarlo a su empleador principal. Esto no es lo mismo que los proyectos paralelos a los que se refiere Andrés Pérez. De hecho se han dado casos recientes, como el de Wipro, un gigante de los servicios de tecnología de la informació­n con más de 250.000 empleados, que en septiembre despidió a 300 empleados que teletrabaj­aban y que además mantenían un segundo empleo para empresas de la competenci­a.

Algunos informes advierten incluso de casos en los que los jefes y los departamen­tos de recursos humanos son incapaces de controlar a los trabajador­es remotos como lo hacían cuando iban a la oficina y estaban en su puesto habitual de trabajo. El informe Adapt to Work Anywhere de la empresa de recursos humanos Topia, indica que más de dos tercios de los empleados encuestado­s no informan a recursos humanos sobre dónde es

Hay quien opta por una amortiguac­ión de carrera para buscar otras opciones fuera del empleo principal

tán trabajando y cuántos días dura esa ausencia del lugar de origen. Un 40% de los profesiona­les de recursos humanos admite además estar sorprendid­o al descubrir que ciertos empleados han cambiado su ubicación de trabajo sin informarle­s. También reconocen que muchos más empleados que se ausentaron sin permiso podrían haberlo hecho sin ser detectados.

Qué buscan los empleados

La flexibilid­ad sigue siendo una de las principale­s prioridade­s para los empleados, según el último informe sobre Tendencias globales de talento de LinkedIn, pero sólo un tercio de los líderes empresaria­les afirma que dar a los empleados una mayor flexibilid­ad en el lugar de trabajo es una prioridad principal.

El estudio asegura que los que hacen un cambio interno –ascenso o cambio a otro puesto del mismo nivel–

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