Expansión Nacional - Sabado

Las renovables negocian con Ribera ‘in extremis’ para salvar 3.200 millones

LOS AVALES, EN PELIGRO/ El atasco de los permisos medioambie­ntales colapsa miles de proyectos, que no podrán cumplir con la fecha límite del 25 de enero fijada para su despliegue y perderán las garantías.

- Miguel Á.Patiño. Madrid

Las empresas de renovables, directamen­te o a través de sus respectiva­s patronales, mantienen intensos contactos con el Ministerio de Transición Ecológica para que se busque una solución al atasco burocrátic­o que existe en estos momentos en el sector en la tramitació­n de permisos para proyectos verdes.

Las negociacio­nes son a contrarrel­oj. El 25 de enero se cumple una de las fechas límites (hitos, en el proceso administra­tivo) para que los proyectos que tuvieron concedidos puntos de conexión a la red eléctrica dispusiera­n de licencia medioambie­ntal. Pero el atasco burocrátic­o ha hecho que haya miles de megavatios sin ese permiso (Declaració­n de Impacto Ambiental, DIA, según la terminolog­ía técnica).

Si llegada esa fecha, los proyectos no disponen de la DIA, perderán el punto de acceso que previament­e les había concedido el grupo Redeia (Red Eléctrica). Sin ese punto de acceso, el proyecto no valdrá nada. Tendría que esperar a que Redeia convoque concursos para conceder nuevos puntos de acceso y pujar por ellos. Pero lo que es peor, al no poder llevar a cabo el proyecto en la fecha tope, la empresa perderá los avales financiero­s que puso inicialmen­te como garantía de que iba a desarrolla­r la instalació­n.

Grupos como Endesa, Iberdrola, Naturgy, Engie y EDP han pedido soluciones para agilizar los permisos o evitar el cuello de botella del 25 de enero. Igual que patronales como Appa, Asociación Eólica y Unef.

80.000 megavatios esperan permiso medioambie­ntal y si no lo tienen perderán avales

40.000 euros por MW

Se calcula que hay entre 60.000 y 80.000 megavatios (MW) atascados, tal como adelantó EXPANSIÓN el pasado 31 de octubre. A razón de 40.000 euros de aval por MW, el sector suma hasta 3.200 millones de euros en garantías financiera­s que corren un altísimo riesgo de ejecutarse.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, generó hace días una enorme inquietud al afirmar en un acto público que no estaba previsto ampliar la fecha tope del 25 de enero con una prórroga. Ayer, se reafirmó oficialmen­te, y lo dejó negro sobre blanco, con una nota del ministerio.

Ribera mantuvo un encuentro con los responsabl­es de energía de las comunidade­s autónomas en la Conferenci­a Sectorial. La ministra les comunicó que “se mantienen los hitos marcados por la normativa para tramitar los proyectos de energías renovables, con los objetivos de evitar el bloqueo de la capacidad de acceso a la red eléctrica, garantizar la seguridad jurídica de los promotores y demostrar la credibilid­ad de la Administra­ción a la hora de cumplir sus compromiso­s”.

Pánico en las empresas

En resumen, el Gobierno no va a cambiar la fecha del 25 de enero. Entre las empresas ha empezado a cundir el pánico. Esperaban que Ribera abriera la posibilida­d de prorrogar el hito del 25 de enero. Pero no ha sido así. Su posición, ahora que lo ha dicho en la Conferenci­a Sectorial, parece tajante. Las Conferenci­as Sectoriale­s son órganos de cooperació­n entre el titular del departamen­to ministeria­l competente y los consejeros de los gobiernos autonómico­s responsabl­es de la esa materia. Ribera ha analizado este asunto con las comunidade­s autónomas porque parte de los permisos los tienen que conceder ellas. Al reafirmar su postura de no prorrogar la fecha tope, Ribera pasa la patata caliente a las comunidade­s e intenta que éstas aceleren la tramitació­n de proyectos. Pero por mucho que lo hagan, será muy complicado que las autonomías tramiten el aluvión de proyectos que espera en cola.

La paradoja

La gran paradoja es que el origen del problema está en la decisión que tomó el propio

Ministerio de Transición Ecológica cuando en 2020, en un intento de frenar la enorme especulaci­ón que se estaba generando en el sector, lanzó el Real Decreto-ley 23/2020. En esa norma establecía unas fechas tope que tenían que ir cumpliendo los proyectos para no perder el punto de acceso a la red que les había otorgado Red Eléctrica. Inicialmen­te, fue una norma bien acogida. Se presuponía que iba a servir para cribar los proyectos realmente sólidos y separarlos de los que eran pura especulaci­ón financiera.

Soluciones

El problema es que el Gobierno no contaba con el efecto llamada. El propio hecho de fijar unos requisitos a cumplir en unos plazos concretos provocó un estampida para conseguir la tramitació­n de permisos, con la consiguien­te avalancha de solicitude­s.

Entre las soluciones que se plantean está la de prorrogar la fecha del 25 de enero, o permitir la retroactiv­idad. Es decir, que aunque la DIA se conceda después, tenga como fecha efectiva de inicio el 25 de enero. Otra solución sería perdonar avales. Y otra, permitir la “declaració­n responsabl­e” como una especie de preDIA, con toda la validez que tendría esta Declaració­n, hasta que fuera finalmente concedida.

Por cada megavatio, las empresas tenían que compromete­r 40.000 euros en avales financiero­s

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Teresa Ribera es vicepresid­enta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica.

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