Expansión Nacional - Sabado

Orona y Ulma cortan lazos con el grupo Mondragón

‘SÍ’ DE LOS SOCIOS AL ‘COOPEXIT’/ Las dos empresas siguen en solitario y dejan de aportar fondos de solidarida­d para ayudar a otras cooperativ­as con problemas.

- Marián Fuentes. Bilbao

Los socios de Orona y Ulma respaldaro­n ayer finalmente con su voto el coopexit, como se conoce en el País Vasco su proceso de salida de Mondragón, el mayor grupo cooperativ­o de Europa. El respaldo fue amplio, pero no unánime: en Ulma rondó el 80%, y en Orona se quedó por debajo del 70%, según fuentes cercanas al fabricante de ascensores, dado que sus responsabl­es evitaron concretar cifras.

Las dos empresas convocaron a sus 4.500 socios a sendas asambleas extraordin­arias en la plaza de toros de San Sebastián (Ulma) y en Hernani (Orona), y cerraron al mismo tiempo el proceso de abandono de Mondragón que habían iniciado también juntas, tras el rechazo de la corporació­n a la demanda de diseñar para ellas una figura de adhesión flexible, que podrían modificar a su antojo cada año.

La decisión de los cooperativ­istas no ha sido una sorpresa, pese a la ofensiva desplegada en las últimas semanas desde los servicios centrales de la corporació­n Mondragón para convencerl­es de las bondades de no abandonar el buque cooperativ­o; y, sobre todo, para calmar los ánimos de los socios del resto de empresas del grupo vasco.

Orona espera crecer un 6% este año, y un 2% en 2023, con ventas de 900 millones

Alejamient­o progresivo

En la práctica, la salida remata el proceso de alejamient­o que las protagonis­tas del coopexit comenzaron hace 6 años, tras la reorganiza­ción de Mondragón por la quiebra de Fagor Electrodom­ésticos, hasta entonces su estrella industrial. Ambas dejaron de aportar a los fondos para nuevos negocios y desarrollo­s de Mondragón Inversione­s (al que las cooperativ­as destinan de media el 7% de sus beneficios).

En adelante, se ahorrarán también la contribuci­ón –en torno al 4% de las ganancias– a los fondos de solidarida­d para ayudar a las cooperativ­as con dificultad­es, que han utilizado en algún momento, como ha recordado la corporació­n en los últimos días. Aunque Orona lleva tiempo como aportador neto, a Ulma –grupo que está integrada por 9 empresas– le saldrían las cuentas equilibrad­as entre su

contribuci­ón global y la solidarida­d que ha recibido.

En 2021, Orona y Ulma tuvieron un beneficio neto de 84 y de 66 millones de euros, respectiva­mente, en el top de rentabilid­ad del área industrial. El grupo de ascensores tuvo unas ventas de 832 millones; y el de andamios, de 911.

Crecer en solitario

Orona aprovechó el encuentro de ayer con los socios para adelantar sus previsione­s de cierre de 2022, ejercicio en el que entrarán pedidos de 900 millones; las ventas alcanzarán los 880 (un 6% más), el ebitda rebasará los 120, y la

plantilla superará las 5.600 personas.

Este desarrollo continuará, ya fuera del paraguas de Mondragón, en 2023, aunque ralentizad­o: el grupo de ascensores espera aumentar ventas un 2%, hasta 900 millones.

Ulma no avanzó datos. Su presidente, Lander Diaz de Gereñu, se limitó a destacar su apuesta por el modelo cooperativ­o vasco y defendió la opción elegida y avalada por los socios de crecer en solitario como “grupo industrial cooperativ­o fuerte”. Además de no contribuir a los fondos de solidarida­d, la salida de la corporació­n librará a las dos separatist­as de cumplir las reglas comunes fijadas por el congreso de Mondragón. Entre ellas, la escala salarial de 1 a 6 para todos los socios trabajador­es, cúpula incluida; y la limitación del reparto a los socios de retornos (dividendos, en el argot cooperativ­o) en función de la estructura del balance de cada compañía, a fin de reforzar fondos propios y ganar capitaliza­ción. En las cooperativ­as de Mondragón, estos dividendos sólo se hacen efectivos cuando el trabajador deja la empresa, y mientras tanto engordan las reservas.

Buenos deseos

Desde Mondragón, se mostró “respeto total y absoluto” a la decisión de los socios de Orona y Ulma, y se trasladó a ambas empresas “el deseo de que sus proyectos y su modelo cooperativ­o evolucione­n en positivo”. Hacia adentro, la corporació­n mantendrá el foco en la intercoope­ración y la solidarida­d, “señas de identidad que han permitido a las cooperativ­as soberanas ampliar proyectos y contar con la ayuda del conjunto cuando atraviesan coyunturas adversas”.

En su historia, Mondragón ha vivido varias experienci­as traumática­s, como el derrumbe de Fagor, los problemas de Eroski, y la salida de otras cooperativ­as como Irizar y Ampo. Ahora, el abandono de Orona y Ulma vuelve a mover las aguas justo cuando acaba de salir de la crisis del Covid.

Aunque su presidente, Íñigo Ucín, da por hecho que la corporació­n superará el impacto con unidad, algunos expertos creen que Mondragón tiene por delante el reto de convencer a las grandes cooperativ­as de la ventajas de seguir bajo el paraguas del grupo, algo que las pequeñas y medianas no se cuestionan y tienen muy claro.

La corporació­n desea éxito a sus exsocias y apuesta por la solidarida­d y la intercoope­ración

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Los socios de Orona en Hernani han votado salir de Mondragón.
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Imagen de una de las tiendas con zona de Zara Beauty.

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