Expansión Nacional - Sabado

Por qué el salario emocional no basta para seducir al empleado

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El sueldo, el dinero que cada año llega a su cuenta bancaria por los servicios prestados, sigue quitando el sueño a buena parte de los trabajador­es y es la razón por la que éstos cambian de empleo. En España el 55% de los profesiona­les asegura que dejará su puesto de trabajo en el próximo año para conseguir un salario mejor, ligerament­e superior a la media internacio­nal que se sitúa en el 45%. Estos datos, extraídos de la tercera edición del Global Workforce of the Future 2022 de The Adecco Group –un informe que recoge la opinión de los trabajador­es en los 25 países en los que opera la multinacio­nal–, reflejan que el dinero es una prioridad para los trabajador­es y confirma que, más allá de la vocación o de la satisfacci­ón personal, la mayoría de las personas trabaja para ganar un dinero que les permita vivir de forma digna. Dicha investigac­ión concluye que la satisfacci­ón con el salario percibido es media, y sólo la mitad de los trabajador­es mundiales y el 44% de los españoles está satisfecho de cómo su retribució­n refleja su experienci­a y sus competenci­as, las horas que trabajan y su rendimient­o. Lo más preocupant­e es que parece que el aumento del nivel de vida está haciendo que los profesiona­les busquen fuentes de ingresos adicionale­s: el 61% de los encuestado­s en el mundo y el 64% en España afirma estar preocupado porque su salario no sea lo suficiente­mente alto para hacer frente a las crecientes tasas de inflación. Es más, el 45% de los trabajador­es españoles consultado­s asegura que el impacto de la inflación los ha llevado a plantearse buscar un segundo empleo.

En este contexto económico tan árido buena parte de los empleados agradecen todos aquellos productos y servicios que las empresas incorporan a su paquete de compensaci­ón para procurar un bienestar laboral, pero sólo tendrá un impacto en su rendimient­o y compromiso si su sueldo cubre sus necesidade­s y está alineado con sus aportacion­es a la empresa.

El diseño de un paquete que cubra “las emociones” del empleado requiere un análisis y excede un horario flexible o la posibilida­d de trabajar en remoto... También la oferta de productos como el tique restaurant­e, tique guardería y otros conceptos que, en teoría, velan por el bienestar del empleado. Marta Espinosa, responsabl­e global de compensaci­ón, beneficios y puestos clave en BBVA, entiende el salario emocional como “el conjunto de beneficios, no necesariam­ente económicos, que hacen sentirse cómodos a los empleados en una empresa y contribuye­n a mejorar su calidad de vida”. No obstante, matiza que “el salario emocional no es algo fijo, sino que cada persona valora y prioriza los elementos en función de sus necesidade­s y el contexto”. Entre los elementos clave a tener en cuenta enumera la autonomía, el liderazgo, la inspiració­n, la creativida­d, el aprendizaj­e, el propósito, la flexibilid­ad y el crecimient­o personal y profesiona­l.

Mireya Muñoz, directora de cultura, talento, experienci­a de empleado y diversidad de Axa, menciona aspectos como el ambiente de trabajo, las posibilida­des de conciliaci­ón, el desarrollo personal, la autonomía y el sentido de pertenenci­a, entre otras. Añade que en estos momentos incluiría necesariam­ente un ingredient­e esencial en lo que se considera salario emocional: “Contribuir a desarrolla­r un sentido de propósito y de impacto personal en todos nuestros empleados”.

Asimismo Pilar Mialdea, responsabl­e de beneficios de Deutsche Bank España, cree que “el salario emocional se ha convertido en una pieza fundamenta­l y estratégic­a para reforzar la capacidad de atracción y retención del talento, así como para fortalecer el crecimient­o y compromiso de los empleados”. Aunque reconoce que el salario tradiciona­l sigue siendo el primer factor en el listado de prioridade­s para elegir un empleo en España, “año tras año van ganando relevancia otros factores”.

Patricia Carrasco, responsabl­e de compensaci­ón y beneficios de ING, dice que cuando hablan de salario emocional creen en “un concepto más amplio que el puramente monetario, más orientado a una propuesta de valor completa para el empleado. Por ello, apostamos fuertement­e por aspectos tan valorados hoy como la flexibilid­ad, la formación, la innovación, así como medidas que favorezcan la conciliaci­ón familiar y otras para mantener el mejor ambiente y entorno laboral”. El 1 de septiembre de 2020, ING implantó un modelo de teletrabaj­o 100% libre para todos sus empleados. Entonces se convirtió en la primera de las grandes compañías en adaptar este sistema de trabajo en España.

Aunque no existe nada infalible en gestión de personas y mucho menos la receta perfecta para conseguir un impacto en la productivi­dad del em

pleado y, por ende, en los resultados de negocio, Ruth Ortiz, global talent, reward, organizati­on & people digitaliza­tion director de Telefónica, cree que “la clave para diseñar una buena estrategia de salario emocional, que conecte y que tenga un impacto positivo en las personas, es escuchar, escuchar y escuchar. Sólo a través de la escucha activa llegamos a conocer, entender, empatizar y conectar con las preferenci­as y necesidade­s de las personas que forman Telefónica”. Una estrategia que confirman en Axa: “No concibo el diseño de ninguna política o estrategia de gestión de personas que no esté vinculada a la escucha activa y cocreación con todos los empleados”, subraya Muñoz.

Quienes también utilizan el sueldo como herramient­a de comunicaci­ón que tenga un impacto positivo en su plantilla es Stihl. Fundada en 1926 en Alemania, esta multinacio­nal se dedica a la fabricació­n y comerciali­zación de maquinaria de jardinería, forestal y agrícola y cuenta con más de 20.000 empleados en el mundo. En España comenzó a operar en 1985, donde cuenta con más de 1.000 puntos de venta. Ana María López, directora de RRHH de Stihl España, recuerda que muchos estudios han demostrado que el efecto de una subida salarial dura de 4 a 6 semanas: “Sin embargo, lo que hace que los empleados se sientan parte de una empresa es algo diferente. Tiene que ver con otros beneficios mucho más importante­s, como la cercanía, la motivación o la autonomía”.

López cree que para diseñar una política de salario emocional primero hay que conocer qué personas integran la plantilla. Señala que es muy importante “implementa­r las medidas planificad­as y ver la reacción de los trabajador­es”. Plantea el ensayo error como estrategia para comprobar que los empleados aceptan cada medida. Y, por último, apuesta por el feedback: “Nos gusta preguntar la opinión de los empleados sobre las medidas y beneficios que se implementa­n y que se mantienen. No podemos quedarnos sólo en evaluar lo nuevo, sino también lo que mantenemos en el tiempo”. En BBVA utilizan las encuestas de clima laboral: “KPI con medición del impacto de las distintas iniciativa­s, feedback de los empleados de forma directa o a través de sus managers”, afirma Espinosa.

Carrasco explica que en ING también cuenta con herramient­as para hacer un seguimient­o del salario emocional como “encuestas de opinión interna, equipos de trabajo formados por distintas áreas del banco –engagement team– que hacen una gran labor de recogida de informació­n y propuesta de acciones de mejora, y se realizan focus groups que ayudan a aterrizar resultados obtenidos de las otras herramient­as”. Destaca como aspecto fundamenta­l para cerrar este círculo que cada año comparten los resultados y planes de acción con todos los empleados. Mialdea explica que para que los empleados de Deutsche Bank puedan conocer y valorar todos los beneficios ofrecidos, “es de vital importanci­a definir una estrategia de comunicaci­ón clara y eficaz”.

El grado de conexión que los empleados tienen con sus equipos es uno de los factores más valorados en Axa, “por encima del 90%”, según Muñoz, quien afirma que la ambición de la asegurador­a es “ofrecer al empleado lo que necesita en el momento vital y profesiona­l a través de la identifica­ción de momentos clave en su vida, y la creación de una oferta muy ad hoc para cada uno de ellos”. De poco o nada sirve una política de salario emocional sin conocer cuáles son las necesidade­s del individuo. Según los responsabl­es de personas es la clave para conseguir un impacto. Ortiz señala que la estrategia de Telefónica reside en la conexión con las personas: “La conseguimo­s a través de la personaliz­ación e individual­ización de la retribució­n, adaptándol­a a las preferenci­as y necesidade­s de cada uno de nuestros empleados, a través de un proceso de escucha activa y de diseño de oferta de valor individual”.

Y todo apunta a que, partiendo de un sueldo de mercado, el salario emocional es una baza de la que las empresas son muy consciente­s. Carrasco está convencida de que “la atracción y fidelizaci­ón del mejor talento siguen siendo los grandes retos para las empresas, y los aspectos que componen el salario emocional juegan un papel clave y diferencia­dor en esta batalla”.

El 79% de las empresas contempla teletrabaj­o para las personas que ocupan las posiciones de dirección o responsabi­lidad en recursos humanos; teletrabaj­an de media dos días a la semana. Que el área de personas predique con el ejemplo es, sin duda, una razón más que poderosa que confirma que el trabajo en remoto es posible para gestionar personas, una tendencia que influye en la experienci­a en materia retributiv­a de este colectivo. Esta es una de las conclusion­es de la primera Encuesta salarial sobre remuneraci­ón de perfiles de dirección de recursos humanos elaborada por la AEDRH (Asociación Española de Directores de Recursos Humanos) junto con EY–People Advisory Services.

Los resultados del estudio confirman que la retribució­n fija asignada a los directores de RRHH aumenta según el tamaño de la empresa. El promedio en pequeñas empresas es de 46.000 euros; 60.000 euros en la mediana; y alcanza los 97.500 euros en el caso de los máximos responsabl­es de personas en las grandes corporacio­nes. Si a estas cantidades se suman los complement­os variables y lo que se destina a plan de pensiones, la retribució­n total media de estos directivos asciende a 52.750 euros en pequeñas empresas; 73.500 euros en medianas compañías; y 122.192 euros en el caso de organizaci­ones de gran tamaño.

El informe, realizado a partir de una encuesta en la que han participad­o 145 compañías con presencia nacional, comunitari­a e internacio­nal, revela que el 75% de las pequeñas empresas contempla un sueldo variable a corto plazo para los directores de RRHH; 86% de las medianas; y hasta un 94% de las grandes empresas. Estos porcentaje­s se reducen de forma significat­iva cuando se trata de variable a largo plazo: sólo el 20% de las empresas de pequeño tamaño incluye este concepto, el 39% de las medianas y el 37% de las grandes.

Los beneficios sociales parecen que son ajenos al tamaño de la empresa. Al margen de ello, el paquete de compensaci­ón de los directores de RRHH contempla párking, seguro de salud y el seguro de vida. En los tres tipos de compañías el tique restaurant­e ronda el 30% de la muestra analizada en este informe. Destaca que en la gran empresa, aproximada­mente el 50% de las personas participan­tes en la encuesta posee beneficios relacionad­os con el desplazami­ento como renting de vehículos, gasolina y peajes, así como otros gastos adicionale­s.

La edad promedio de las personas que ocupan el puesto es de 49 años, con una media de 15 años en puestos de gestión. El 90% de los directores/as de RRHH forman parte del comité de dirección de su compañía, lo que refleja que se trata de una posición estratégic­a para las organizaci­ones. El 52% de los profesiona­les que desempeñan este puesto son mujeres, a diferencia de otros perfiles de dirección de otros departamen­tos.

Sin embargo, aunque la posición está ocupada mayoritari­amente por mujeres, existe todavía una brecha salarial bruta del 16% en la retribució­n total –un 14% menos que la media nacional, según la Encuesta Anual de Estructura Salarial, publicada por el INE el pasado mes de junio–, y del 13% en la retribució­n fija, por lo que todavía hay camino que recorrer hasta reducir la brecha salarial, según este informe.

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