Turbulencias en Latinoamérica
El alza de los precios de los productos básicos y la guerra en Ucrania han desinflado la recuperación de una región que afronta 2023 con mucha incertidumbre y unas previsiones de crecimiento insuficientes.
América Latina no es ajena a las dudas y los riesgos que afronta la economía global de cara a 2023. Tras un 2021 de recuperación tras el inédito retroceso económico que supuso la irrupción del Covid-19, las economías de la región cerrarán este año con un avance mayor de los pronosticado pero, en general débil; para los próximos meses las previsiones son aún más exiguas.
Las dos locomotoras económicas de la región, Brasil y México, crecerán apenas un 1% el año que viene. Este ejercicio lo cerrarán por encima del 2,6% en el caso de Brasil y en el entorno del 1,9% en el caso de México, según los últimos pronósticos de Cepal. Se trata de un avance muy pequeño, que repercutirá de forma negativa en toda la región y que no ayudará a paliar los graves efectos que ha tenido la pandemia en la mayoría de los países, que han visto crecer la pobreza hasta cifras que no se registraban desde hace 25 años.
Otros países con un peso económico significativo en América Latina, como Argentina, Chile o Colombia, tampoco podrán evitar este pobre desempeño. Argentina crecerá un 1%; la economía chilena podría incluso retroceder nueve décimas, y Colombia avanzará un 1,9%.
La región aún no ha dejado atrás las consecuencias económicas de la pandemia. A ello se han sumado en los últimos meses otros dos problemas graves. Por un lado, la inflación derivada, en buena parte, de la guerra en Ucrania (se han encarecido los alimentos como consecuencia del alza de los precios de los fertilizantes rusos); por otro lado, la subida de los tipos de interés ha endurecido las condiciones financieras.
El contexto es ya de por sí complicado, pero la recesión que podría afectar a la economía global en 2023 amenaza con empeorar aún más la situación. Muchos países latinoamericanos obtienen buena parte de sus ingresos en dólares gracias a la exportación de materias primas, como cobre (Chile), litio, petróleo (Brasil y Colombia), soja y carne de vacuno o pollo (Brasil y Argentina). Sin embargo,
China, el segundo socio comercial de América Latina, está creciendo por debajo de lo habitual
PIB en 2023
la inflación y la amenaza de una posible recesión global están empujando la demanda a la baja. Además, China, que es el segundo socio comercial de la región (el primero para Brasil, por ejemplo), está creciendo por debajo de los habitual.
“A comienzos de este año, el aumento de los precios de