El nuevo orden mundial de la energía
El próximo 24 de febrero se cumplirá un año desde que estalló la guerra de Rusia contra Ucrania, un acontecimiento que ha arrancado de raíz y para siempre el orden mundial que había funcionado durante décadas en el mercado energético.
El 24 de febrero de 2023, es decir, dentro de poco más de dos meses, se cumplirá un año desde que Rusia invadió Ucrania, provocando, en pleno siglo XXI, una guerra cruel y despiadada en suelo europeo que, en lo militar, tiene parecidos con las batallas medievales. Enfrentamientos cuerpo a cuerpo, uso de la población civil como arma, salvajismo bélico y, sobre todo, estrategia de desgaste. Precisamente en esto último la energía ha jugado un papel esencial.
El régimen de Vladímir Putin ha usado la energía como arma arrojadiza en la contienda, abriendo y cerrando a su antojo la espita del gas ruso hacia Europa. Rusia, primer proveedor de gas de algunos países europeos –por no decir el único–, ha provocado así una ruptura total de los mercados energéticos.
Con los cortes de suministro se ha disparado el precio del gas, lo que a su vez ha provocado una escalada de los precios de la luz, dado que muchas centrales eléctricas siguen usando esa materia prima en su producción.
La guerra aún no ha acabado. Pero ya se pueden extraer conclusiones. La primera: era una guerra territorial con un enorme componente económico, sobre todo energético. La segunda: la energía ha sido, es, y seguirá siendo el motor que mueva o pare este enfrentamiento. Y la tercera, y más relevante: la energía no se crea ni se destruye; solo se transforma.
Chantajista mundial
Putin pasará a la historia como el chantajista mundial número uno. “Chantaje” es lo que políticos como Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica en España, dijo que era lo que el presidente ruso estaba haciendo con el gas. Pero el mundo, a estas alturas, también le habrá enseñado una lección: con los chantajistas no se negocia.
La amenaza energética de Putin ha provocado una reacción que posiblemente él no esperaba. La Unión Europea ha acelerado la búsqueda de fuentes alternativas al consumo de gas. La ironía es que, en la práctica, Rusia ha hecho más por la transición ecológica de la UE, que todos los políticos de la Unión han hecho, juntos, hasta ahora.
Mercado hecho añicos
Sencillamente, Putin hizo añicos el mercado energético europeo. Pero lejos de sucumbir, la Unión Europea ha reaccionado diversificando fuentes y proveedores.
Y sobre todo, ha acelerado como nunca su apuesta por las renovables y otras nuevas energías, como el hidrógeno, sea verde o azul.
Soluciones rápidas
Pero también ha quedado demostrado las deficiencias de la UE a la hora de buscar soluciones de forma más rápida. La UE debería hacer un ejercicio de reflexión y junto a una valoración positiva, también debería hacer autocrítica. Contra amenazas económicas brutales, la UE debería
EN BUSCA DE OTRO MODELO España, la Unión Europea y las propias empresas buscan ahora otro modelo energético. En las imágenes, representantes de esos tres ámbitos: Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica en España; Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea; e Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, la mayor eléctrica europea por capitalización en estos momentos. reaccionar más rápido. Ya quedó demostrado lo lento que resulta en el seno de la UE buscar un consenso entre sus 27 miembros en la búsqueda de soluciones para la pandemia del Covid.
Y ha vuelto a quedar demostrado, ahora con mucha más notoriedad, la tardanza en la búsqueda de un plan energético común capaz de lidiar a nivel europeo con la crisis desencadenada por la guerra de Rusia contra Ucrania. La UE ha demostrado que cuando permanece unida es capaz de parar un golpe exterior. Pero luego no lo es para plantear una política común para contrarrestarlo. Tras frenar la escalada de los precios de la luz y el gas, o al menos amortiguarla, Europa ahora no es capaz de consensuar los siguientes pasos, porque cada país tiene su propia política energética, sin mirar por los demás.
La ironía es que Putin ha hecho que la UE acelere el despliegue de renovables para no depender de Rusia
La guerra ha puesto en evidencia que la Unión Europea no tiene una política energética común
AGENDA 2023