Ni culpas ni descanso en Navidad
EQUILIBRIO Compensar las comilonas con actividad física intensa es tan contraproducente como no levantarse del sofá.
Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad, saca las botas María que nos vamos a entrenar. Intentar compensar con ejercicio físico los excesos de estas fechas es una tentación común y tan anclada en las costumbres como los villancicos. Pero caer en ella es una mala idea. Es lo que los expertos llaman el entrenamiento de culpa con el que se busca rebajar las calorías de los polvorones. Demasiadas series extra de sentadillas, salidas a correr o en bici durante más tiempo del acostumbrado, eternas series de abdominales y flexiones hasta la extenuación... Sobreentrenar puede ser muy contraproducente y no beneficia al rendimiento personal, salvo que el aumento en el ejercicio sea proporcional a las rutinas realizadas durante el resto del año. Si no se hace así, se rompe la progresividad del ejercicio, el metabolismo no tiene tiempo para recuperarse y puede derivar en fatiga, mal humor, apatía, trastornos del sueño o lesiones.
Demasiado descanso
Pero dejar de entrenar durante toda la Navidad tampoco es una buena idea, máxime si se tiene en cuenta que los españoles engordan entre tres y cinco kilos durante estas fechas, según datos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), que avisa de la importancia de evitar el sedentarismo.
Tan malo es, por tanto, romper la progresividad del entrenamiento como interrumpir la continuidad, pues se puede invertir el progreso. La inactividad por dos semanas, como advierten los estudios de la Universidad de Liverpool, puede provocar pérdida de masa muscular, aumento de la grasa corporal, disminución de la función mitocondrial (la fuente de energía del cuerpo), menor acondicionamiento cardiorrespiratorio y, en general, un mayor riesgo de padecer problemas de salud.
“En estas fechas nos encontramos tanto con personas que realizan lo que llamamos un entrenamiento de culpa, para librarse de los remordimientos de haber comido en exceso, como con aquellas que abandonan niveles alcanzados de volumen máximo de oxígeno que puede procesar el organismo durante un ejercicio (conocido como VO2max) y a no aumentar el porcentaje de grasa y no caer en el desánimo al haber perdido los beneficios ganados. “Volver a la rutina deportiva tras varias semanas de inactividad es prácticamente empezar desde cero y es un sobreesfuerzo fácilmente evitable”, agrega González.
Consejos
Extenuarnos a hacer abdominales o sentadillas no va a ayudar a quemar la grasa de forma repentina
Las comilonas de estos días no son tan importantes como lo que se hace entre Año Nuevo y Navidad