Recargas sin cable: la esperanza para el coche eléctrico
Los ensayos en Alemania y Estados Unidos podrían reducir el tamaño necesario para las baterías y acabar con la preocupación de los conductores por la autonomía .
EL FUTURO DE LA MOVILIDAD ELÉCTRICA
A una hora en coche de Stuttgart se encuentra un tramo de carretera que podría representar el futuro de la carga de los vehículos eléctricos. Esta franja de un kilómetro en la ciudad alemana de Balingen acogerá, a finales de este año, la primera prueba pública en el mundo de las cargas sin cable. El objetivo es demostrar que una tecnología considerada tan ambiciosa y futurista puede ahora funcionar en el mundo real.
Varios fabricantes de coches, entre ellos BMW, ya tienen vehículos con dispositivos que les permiten recargarse mientras están aparcados. Pero el potencial de recargar las baterías durante la conducción –conocido como carga dinámica– tiene consecuencias que afectarán a todo el sector.
La principal es la reducción del tamaño de las baterías que se necesita en los coches para evitar la temida preocupación por la autonomía, que sigue siendo una de las grandes barreras para la adopción generalizada del vehículo eléctrico.
Los fabricantes de coches y los lobbies del sector advierten que no hay suficientes puntos de carga para dar servicio al elevado número de coches eléctricos en las carreteras. También se muestran preocupados por la potencial escasez de materiales para las baterías a mediados de esta década.
Sin embargo, los analistas creen que la carga dinámica –que permite a los vehículos llevar baterías mucho más pequeñas– hará posible que se utilicen recursos limitados en más vehículos.
“El objetivo de este proyecto no es sólo mostrar las cargas sin cable al público de Alemania”, afirma Andreas Wendt, consejero delegado de la división alemana de Electreon, un grupo israelí que proporciona el sistema de carga. “Otros aspectos importantes incluyen el desarrollo y uso de una herramienta que ayudará a los planificadores del transporte público en la instalación de la infraestructura inductora para una ciudad o región específica”.
Los primeros ensayos demuestran “la efectividad, seguridad y facilidad de despliegue de las cargas dinámicas sin cable”, añade Wendt. “Esperamos que éste sea el inicio de muchos más proyectos en las carreteras de Alemania”.
A medida que los fabricantes de vehículos intensifican su producción de modelos de baterías para cumplir las estrictas regulaciones sobre las emisiones, la carga dinámica –si se logra que funcione a escala y sea eficaz en materia de costes– ofrece, por tanto, una solución a la escasez de puntos estáticos.
“Un sistema de carga sin cable en ruta supondrá una revolución para los coches eléctricos al ampliar potencialmente la carga de una batería sin tener que parar y enchufarla”, asegura Michele Mueller, del Departamento de Transporte de Michigan, que también está probando la tecnología este año.
En estos primeros ensayos en la carretera se está probando con los autobuses –que se mueven por rutas fijas, haciendo que sea más fácil el control– así como con algunos taxis, que pueden cargarse desde dispositivos colocados en las paradas de los aeropuertos y estaciones de tren.
“La adopción de esta tecnología será primero en una flota, o flota cautiva, ya que es exponencialmente más difícil en los coches privados”, explica Michael Hurwitz, especialista en movilidad futura de la firma de servicios profesionales PA Consulting. Hurwitz fue director de innovación en el departamento de Transporte de Londres, el organismo responsable de la red de transportes de la capital británica. Si tienes una carga operativa, tanto el tamaño de la batería que necesitas como el coste del vehículo bajan”.
La carga dinámica hará posible que se usen recursos limitados en más vehículos
Pero aún existen importantes obstáculos para que se apruebe la tecnología antes de mostrarla. Las partes tienen que operar entre sí, permitiendo a los modelos de vehículos rivales utilizar el mismo sistema para evitar que se duplique la tecnología.
El reto está en conseguir que los operadores de las autopistas se coordinen con las redes eléctricas y el sector del automóvil.
Sin embargo, la necesidad de una conexión eléctrica de alta velocidad puede hacer difícil que se logre cargar las baterías en ruta. Cuando FirstBus, el segundo operador británico de autobuses regionales, que está en proceso de tener una flota eléctrica, evaluó las cargas sin cable, llegó a la conclusión de que el proyecto era demasiado caro, por la necesidad de proporcionar electricidad a sus muchas paradas de autobús en zonas rurales.
“Todo tiene que ver con el suministro energético”, dice Garry Birmingham, director de descarbonización de FirstBus. “Algunas paradas de autobús ni siquiera tienen iluminación”. La compañía calculó 70.000 libras (unos 79.000 euros) para cada dispositivo de carga sobre el suelo.
Aun así, se espera que la tecnología consiga ciertos avances en esta década. El grupo de investigación tecnológica IDTechEx asegura que en 2032 habrá unos 700.000 vehículos de carga sin cable propiedad de conductores prémium “por la conveniencia añadida de no tener que enchufarlo”. Se espera que de estos, 180.000 sean furgonetas de reparto ya que “el espacio limitado en la parte de almacenaje necesitará soluciones sin cable no intrusivas de forma que la furgonetas puedan recargarse al mismo tiempo que transportan su mercancía”.
Los fabricantes de coches ya están metidos de lleno en la tecnología. Stellantis, propietario de Fiat, ya prueba la carga dinámica en pistas privadas desde 2021, mientras que Volvo Cars anunció el año pasado que la probará en sus modelos eléctricos XC40. Mats Moberg, director de investigación y desarrollo de Volvo en el momento del anuncio, afirmó: “Probar nuevas tecnologías de carga junto con socios seleccionados es una nueva forma de evaluar opciones de carga alternativas para nuestros coches futuros”.
La necesidad de una conexión eléctrica de alta velocidad puede dificultar la carga de las baterías en ruta