Oxígeno ante el escrutinio de la Eurocámara
“Celebro anunciar que España ha dado otro paso importante en su camino hacia la recuperación. Hemos evaluado que el país ha registrado avances suficientes para recibir su tercer pago con cargo a NextGenerationEU”, declaró el viernes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Doy la enhorabuena a España. Que siga trabajando así de bien, que la Comisión está de su lado”, aseveró, haciendo explícito un apoyo sin ambages al país que lidera la ejecución del programa comunitario –en el que también Bruselas se juega su prestigio– en el momento que más lo necesita. El capote llegó, concretamente, a escasas horas de que una crítica misión de la Eurocámara aterrice este lunes en España para fiscalizar la gestión de los fondos comunitarios.
El aval de Bruselas a España es en realidad doble, puesto que la Comisión dio el visto bueno tanto al tercer lote de reformas e inversiones comprometidas para desbloquear el tercer desembolso de ayudas europeas, por 6.000 millones de euros, como a su sistema de auditoría y control de la gestión de los fondos, que había sido cuestionado. El sistema, proyectado a través del programa informático Coffee, estaba incluido en el primer lote de medidas españolas avaladas por la Comisión pero sus continuos retrasos motivaron una reevaluación que ha culminado apenas unos días después de su puesta en marcha efectiva. La doble carga de trabajo de esta ronda de supervisión, y el interés de todas las partes por dar a Españ tiempo suficiente para tener a punto el nuevo mecanismo de auditoría de las ayudas, puede ayudar a explicar que el aval de Bruselas se haya hecho esperar hasta este viernes pese a que el plazo oficial para emitir un dictamen culminó el pasado fin de semana.
Es de esperar, con todo, que la misión fiscalizadora que el Europarlamento envía a España de lunes a miércoles ponga parte de su foco en revisar precisamente este sistema de control. El examen no tiene la trascendencia práctica de los que lleva a cabo la Comisión, que tiene la llave de los desembolsos de las ayudas, pero será clave a efectos de imagen -y munición política- tanto para España como para Bruselas. Y el público no parece fácil. La delegación estará encabezada por la presidenta de la Comisión de Control Presupuestario, Monika Hohlmeier, que ya el jueves criticó a la vicepresidenta económica de España, Nadia Calviño, por airear su correspondencia o dar excesivo peso al papel de las autonomías en el ritmo de ejecución y le instó a “facilitar” sus pesquisas. A la espera de atender sus demandas sobre el terreno, el Gobierno aprovechó el oxígeno que Bruselas le brindó el viernes. “Los que hablaban de una congelación de fondos para España se han vuelto a equivocar. España cumple sus compromisos con Europa y así se reconoce”, reivindicó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. “Cumplimos con Europa y Europa con España”, se sumó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que situó al país como “líder y ejemplo”. Un mantra que, junto al aval de Bruselas, se usará para contrarrestar las posibles críticas de la Eurocámara.
Von der Leyen: “Doy la enhorabuena a España, que siga así, la Comisión está de su lado”