La casa ‘difusa’ con la que sueña la Generación Z
Una parte de la Generación Z o los Centennials, aquellos nacidos entre 1995 y 2010, está ya en edad de emanciparse –otra cuestión es si económicamente pueden hacerlo–. Y son ambiciosos en sus proyecciones: la mayoría prefiere vivir en una casa, en concreto, seis de cada diez, y solo un 30% se decanta por una vivienda en un piso. Preferiblemente en propiedad –algo tan nuestro de la cultura española– aunque si es en un coliving, que sea por gusto, porque ofrece más, y no por necesidad.
Les gustan los espacios minimalistas, sin exceso de accesorios ni colores estridentes, abiertos al exterior, además de modulables y cambiantes. Y sobre todo, luminosos, pues es el elemento que más valoran a la hora de imaginarse en su hogar, por delante incluso del confort, su funcionalidad, amplitud o diseño, según el informe La vivienda del futuro de la Generación Z en España, realizado por el Instituto Silestone en el que se recogen las tendencias que pueden afectar a la futura configuración del hogar.
Descartadas entonces las ofertas de un bajo con vistas al patio interior, valoran un mobiliario que cuente con superficies de tacto agradable –no un pulido mate simple–, las superficies rugosas y las texturas. Son más sostenibles, no dudan en apostar por materiales reciclados y elementos de segunda mano. La cocina, el espacio en el que más valoran el diseño, identitaria de cada uno.
La luminosidad se convierte en el elemento más valorado, por delante del confort o la amplitud
Los hogares del futuro deben permitir inventar un universo virtual con pantallas o recreaciones
Intimidad y tecnología
Como además son la generación laboral más digital y por lo tanto, la más adaptada al teletrabajo, necesitan adaptar su hogar con un buen despacho o con una habitación destinada al desempeño laboral –sólo a un 5,4% le gustaría trabajar o estudiar en el salón–. “Es necesario un espacio íntimo, propio, pero desde el que se pueda conectar con los demás”, apunta Marisa Santamaria, investigadora de tendencias de diseño y arquitectura.
La necesidad de preservar su intimidad, en parte perdida por su sobreexposición en redes sociales. hace que la casa recupere la calidad de refugio. Pero sin olvidar precisamente que esa inmersión en escenarios reales y virtuales, en tiempo real, transforma el hogar en un escenario que ofrece, acumula y exhibe experiencias, gracias a la tecnología.
Prioritaria en la Generación Z, la tecnología aparece vinculada al ahorro económico personal y a la sostenibilidad de los recursos. “Menos objetos y más experiencia”, augura Enrique Dans, investigador y divulgador de innovación tecnológica, quien introduce el concepto de “casa difusa”, en la que se mezcla lo real y lo virtual; una vivienda donde la persona disfrute de sus cosas, pero también invente un universo virtual con pantallas o recreaciones. “Un televisor programado como una ventana con vistas al mar” (aunque virtual lo veo más adaptado a su realidad).