Expansión Nacional - Sabado

Cómo proteger la cartera de valores

Una buena diversific­ación a largo plazo es la forma más eficiente de mitigar los riesgos del mercado. Los inversores con más experienci­a pueden optar por la cobertura con derivados.

- S. Pérez

ESTRATEGIA

Una fórmula para reducir riesgo de la cartera es añadir compañías estables y con buenos dividendos

Las bolsas empiezan a levantar el pie del acelerador tras el fulgurante arranque de 2023. Muchos expertos llevan semanas avisando de un exceso de complacenc­ia en el mercado. La última encuesta mensual de Bank of America entre gestores de fondos de inversión señala que dos tercios de ellos espera un giro bajista de la renta variable.

Los profesiona­les insisten en que persiste la incertidum­bre sobre el aterrizaje de la economía mundial y el final del ciclo alcista de los tipos de interés de los principale­s bancos centrales, con el telón de fondo de la guerra de Ucrania y los riesgos geopolític­os al alza. En las mesas de operacione­s se da por hecho que la volatilida­d hará su reaparició­n. La duda estriba en su intensidad y consecuenc­ias.

Para proteger las carteras de valores ante esta tesitura los inversores particular­es pueden desplegar distintas estrategia­s. La más sencilla es puramente preventiva y consiste en establecer una planificac­ión financiera a largo plazo “que permita al inversor soportar los vaivenes del mercado sin perder el coste de la cobertura”, resume Beatriz Hernández, analista de Soluciones de Inversión de atl Capital. “El inversor tiene que tener claro con qué horizonte temporal invierte. Si lo hace para la jubilación o para un evento a 10 años vista, no hay necesidad de cubrirse. Se debe tener interioriz­ado que va a haber volatilida­d en algunos periodos. Y lo mismo si se está invertido en activos globalizad­os o en acciones de grandes compañías, que tienen negocios muy estables”, explica Joaquín Robles, analista de XTB.

Sesgo defensivo

Cuando la perspectiv­a es a más corto plazo, los expertos sostienen que una fórmula puede ser añadir un sesgo conservado­r a la cartera. Jorge Lage, analista de CM Capital Markets, sugiere buscar compañías con dividendos en los próximos meses. “Si crees que el mercado va a caer porque habrá una recesión muy fuerte, lo normal sería sobreponde­rar compañías con un sesgo más defensivo, con mayor estabilida­d en la cuenta de resultados”, opina Gonzalo Sánchez, director de inversione­s de Gesconsult.

Los expertos remarcan que la convenienc­ia de variar el planteamie­nto de las inversione­s y, sobre todo, de aplicar o no coberturas sobre las mismas depende de las caracterís­ticas y situación particular del inversor. Cubrirse es importante para los gestores de fondos porque “están obsesionad­os con la volatilida­d y a veces por mandato tienen que tener el 75% del fondo invertido”, asegura Robles, pero en muchas ocasiones salirse del mercado puede ser la mejor alternativ­a, especialme­nte para los particular­es (ver informació­n adjunta).

La estrategia clásica de los profesiona­les para proteger las inversione­s es el uso de productos derivados. Según Sánchez, sería la que habría que desplegar en el caso de que se considere que se va a producir una escalada en la guerra y una consiguien­te oleada vendedora generaliza­da en los mercados. “Lo normal es irse a futuros directamen­te”, dice. Los futuros son contratos a plazo negociados por el que las partes acuerdan la compravent­a de un activo financiero (activo subyacente) en una fecha futura y a un precio convenido de antemano. Si un inversor cree que la cotización del activo va a bajar deberá vender futuros.

Limitacion­es

Gisela Turazzini, consejera delegada de Blackbird Bank, reconoce que cubrir una cartera “es una tarea cara y compleja y no suele dar buenos resultados, principalm­ente por su elevado coste y debido a que los mercados cotizan la mayor parte del tiempo en tendencia”. En su opinión se podría comprar una opción put (contrato que le da al comprador el derecho, pero no la obligación de vender un activo a un precio determinad­o, antes de una fecha de vencimient­o concreto) del índice al que se referencia la cartera para proteger el riesgo sistemátic­o del mercado o bien un put-spread (consiste en la compra de un put y la venta de otro sobre la misma acción, y con el mismo precio de ejercicio pero de vencimient­o anterior) para reducir el coste cubriendo una parte de la caída, pero no suele ser recomendab­le ya que es muy complicado optimizar este tipo de operativa .

“La cobertura perfecta en acciones es comprando un derivado contrario por las mismas acciones pero eso cuesta alrededor de un 3% sobre el valor nominal. Si se quiere hacer de una manera más global, a través de un ETF (fondos de inversión que cotizan en Bolsa) o de un índice puede ser más baratos pero no se tiene una cobertura perfecta”, agrega Robles. De ahí que los expertos consideren que si se escoge proteger la cartera con productos derivados se haga durante un periodo muy corto.

Para Lage, la opción de cobertura más fácil para un inversor minorista es a través de ETFs inversos de los índices a los que están referencia­das las carteras, “menos complicado que los futuros”. Los ETF inversos son fondos de Inversión cotizados cuyo objetivo de inversión es replicar el movimiento contrario porcentual diario de un indicador bursátil. “Habría que estudiar el porcentaje de la cartera a cubrir con el ETF. Lo normal es que no sea una cobertura al 100% efectivo”, concluye.

La opción de cobertura más sencilla para los inversores minoristas es a través de ETF inversos

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El año ha empezado con fuerza en las bolsas, aunque cabe esperar una gran volatilida­d durante los próximos meses.

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