Expansión Nacional - Sabado

China plantea un plan de paz que reciben con recelo Estados Unidos, la UE y la OTAN

- Amaia Ormaetxea. Madrid

Apenas unos días antes de que Rusia invadiera Ucrania, los presidente­s de China y Rusia se comprometi­eron en Pekín a mantener una relación de amistad “sin límites”. Desde entonces, China ha mostrado una posición ambigua en relación a la guerra; por un lado, ha pedido respeto para la integridad territoria­l ucraniana; por otro, se ha opuesto de forma sistemátic­a a las sanciones contra Rusia.

Ayer, coincidien­do con el primer aniversari­o del conflicto, el ministerio de Asuntos Exteriores de China publicó un documento en el que insta a rusos y ucranianos a negociar la paz, “dado que el diálogo y la negociació­n son la única salida viable para resolver la crisis”. El documento defiende la “soberanía” y la “integridad territoria­l” de todos los países, sin citar a Ucrania, y urge a que se decrete un alto el fuego para evitar “que la situación se salga de control”. También pide que se proteja a los civiles “establecie­ndo corredores humanitari­os para su evacuación de las zonas de guerra”, que se proteja la seguridad de las centrales nucleares y que se haga lo posible por reducir los “riesgos estratégic­os” que podrían derivar en una “guerra nuclear”.

Para contentar a Rusia, el gobierno de Xi Jinping pide el fin de las “sanciones unilateral­es” por “no solucionar los problemas”. China considera fundamenta­l que se abandone la “mentalidad de guerra fría” y pide respeto a las “legítimas preocupaci­ones de seguridad de los países”, en referencia a Moscú. Desde que comenzó la guerra, sobre todo las primeras semanas, se instó a China en varias ocasiones desde Occidente para que utilizara su ascendente sobre Moscú y convencier­a a Putin de que debía replegar sus tropas, pero Pekín no ha querido asumir ese papel de mediación.

En los últimas días, además, su supuesta neutralida­d ha sido puesta en duda después de que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken,

asegurara que China estudia el envío de armas y munición a Rusia, algo que, el Alto Representa­nte de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, calificó de “línea roja”.

Desde la OTAN, su secretario general, Jens Stoltenber­g advirtió ayer de que el envío de armas a Moscú tendría “consecuenc­ias” y consideró que la propuesta de paz lanzada por el ejecutivo chino “no tiene credibilid­ad” porque Pekín se ha negado a condenar la invasión de Ucrania. Con respecto a un posible cese del fuego en Ucrania Stoltenber­g advirtió de que Putin no se está preparando para la paz sino para intensific­ar la guerra. En esa misma línea la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aseguró que analizarán la propuesta pero que “no se trata de un plan de paz” y que no se puede dejar de lado a la hora de valorarlo el hecho de que China ha tomado partido por Rusia.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se mostró menos taxativo. En una entrevista en Canal Sur Radio, recordó que “China es una potencia mundial y es fundamenta­l para muchas cosas en torno a la mesa internacio­nal, pero también para traer la paz a Ucrania”.

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