Rascacielos de EEUU
Pontegadea y Azora compran activos singulares, mientras que ACS,
GRANDES PROYECTOS INMOBILIARIOS
El Monasterio de San Bernardo de Claraval, en Miami, es el edificio de piedra más antiguo que puede encontrarse en suelo estadounidense –sin tener en cuenta ruinas de templos egipcios o asentamientos parcialmente restaurados–. Y es español. Construido en el siglo XII, un congresista multimillonario de EEUU lo trasladó en 1925 piedra a piedra al otro lado del Atlántico, donde volvieron a ensamblarlo como si fuera un puzle.
Cien años después, son los inversores españoles quienes dejan su huella en el skyline de las grandes capitales del país. Desde family offices –como Pontegadea, vehículo patrimonial de Amancio Ortega; o Allegra, de la familia Losantos– hasta gestoras como Azora, pasando por compañías que están levantando un imperio inmobiliario para expandir su negocio, como es el caso de la hotelera RIU.
Todos tienen en común que en los últimos dos años han apostado por activos singulares en forma de grandes rascacielos que están revolucionando el urbanismo del siglo XXI en ciudades como Nueva York o Chicago.
Y si no se puede hablar de arquitectura española en EEUU sin nombrar a Santiago Calatrava o Rafael Moneo, cuando toca hacerlo de construcción es inevitable reparar en ACS. A través de su filial estadounidense Turner, es la compañía española con más proyectos en todo el país. Nueva York es, sin duda, donde está construyendo los edificios más emblemáticos y nadie puede negar su huella en el nuevo skyline de la Gran Manzana.
Tras la pandemia, el proyecto más importante de la capital financiera es la rehabilitación del barrio de Hudson Yards y su reconversión en una de las zonas de oficinas más modernas del mundo, con una nueva generación de rascacielos sostenibles –muchos de ellos, todavía en construcción–. ACS se ha encargado de llevar hasta las alturas uno de los más representativos de la zona: The
Pontegadea es uno de los inversores españoles más activos en el sector inmobiliario de EEUU