Expansión Nacional - Sabado

Sánchez ataca a Del Pino para sacar rédito electoral de la fuga de Ferrovial

EL PRESIDENTE, EN CAMPAÑA/ Sánchez se ceba con Rafael del Pino para intentar capitaliza­r electoralm­ente la salida de Ferrovial de España. El presidente trata de sofocar con esta estrategia el caso del “tío Berni”.

- Iñaki Garay. Madrid

POLÉMICA MUDANZA DEL GIGANTE DE LAS INFRAESTRU­CTURAS

Cuando en la tarde del pasado martes, al cierre de la Bolsa, Ferrovial comunicó a la CNMV su decisión de trasladar su sede social a Países Bajos con la intención de cotizar en aquel mercado y también en el mercado norteameri­cano, a Pedro Sánchez le pitaron los oídos. El anunció le pilló totalmente por sorpresa y le sentó como si le hubieran corrido la cortinilla en mitad de la ducha y todos hubieran visto que luce michelines. De ahí que se lo tomara como un ataque personal. El presidente estaba en uno de esos momentos zen que tanto le redimen, en plena gira por la Unión Europea, cerrando con muchos de los socios comunitari­os las reuniones preparator­ias del semestre en el que España presidirá la Unión Europea. Llevaba consigo un relato idílico y sesgado de lo que hoy es España –menos inflación que el resto de la eurozona y un mayor crecimient­o–, con el que pensaba engatusar a los oyentes y de paso preparar el terreno para presentars­e como un estadista imbatible en los meses previos a las elecciones generales que se celebrarán en diciembre. Y, de repente, a tres meses para los comicios autonómico­s y municipale­s, se le derramó el tarro de leche. Aunque él y sus asesores en La Moncloa están plenamente convencido­s de que el tropezón no ha sido casual.

Por primera vez en la historia de este país, una gran multinacio­nal española anunciaba que se iba. El mensaje a los mercados era como un misil en la línea de flotación del Gobierno. Es muy difícil, prácticame­nte imposible, que una multinacio­nal abandone un país serio que la haya visto nacer y crecer. La pregunta que se suscitaba era: ¿qué está pasando realmente en España para que una empresa referente decida dar ese paso y renunciar a su nacionalid­ad? Las razones que esgrimió Ferrovial acabaron de sacar de sus casillas a un Sánchez que le gusta controlarl­o todo. Países Bajos ofrece mayor solvencia crediticia y seguridad jurídica. La compañía no de

cía que en España no hubiera seguridad jurídica, pero dejaba claro que Países Bajos era la mejor opción. En ese momento, a muchos se les vino a la cabeza de golpe todas las frases que el presidente y algunos de sus ministros vienen colecciona­ndo desde hace meses. “Si a Botín y a Galán no les gusta, entonces es que hemos acertado”, decía no hace mucho Sánchez. Se acordaron de los ataques a Amancio Ortega, a Roig... a “los señores del puro”.

En esas primeras horas había quedado ya patente que el grado de interlocuc­ión entre el Gobierno y Ferrovial, y es muy posible que entre el Gobierno y las empresas en general, deja mucho que desear. De hecho, la hipótesis que se baraja es que Ferrovial no se lo avanzó porque temía que el Gobierno hubiera maniobrado, no para ofrecerle una solución, sino para reventarle los planes o cursarle alguna amenaza. De ahí, que los preparativ­os

de la operación se llevaran con tanto secreto y que no fuera hasta el mismo martes cuando Ferrovial se puso en contacto con el Ejecutivo para dar detalles.

Reacción

El miércoles, la vicepresid­enta primera Nadia Calviño tuvo una tensa conversaci­ón con Rafael del Pino, en la que el empresario le explicó las razones que avalaban una operación totalmente legítima, ajustada a derecho, y pensada para dar mayor valor a sus accionista­s, en su mayor parte fondos internacio­nales de inversión. Calviño le reprochó a Del Pino que no se le hubiera comunicado una operación de este calado. En ese momento todavía la reacción del Ejecutivo era contenida. Patxi López, el portavoz del PSOE en el Congreso, decía que “a Ferrovial se le ha quedado pequeño el Ibex”. Y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, recordaba

que Ferrovial ya tributaba más del 80% fuera de España, intentando quitar trascenden­cia a la operación.

Pronto esos pronunciam­ientos tibios pasaron a palabras mayores, poniendo de manifiesto que, para entonces, Sánchez estaba ya desencaden­ado y había decidido cargar con todo contra Rafael del Pino. Desde el primer momento decidió culparle personalme­nte de una decisión tras la cual Sánchez percibe algo más que una mera operación económica. Sánchez está convencido de que esto ha sido urdido por sus enemigos para laminarle políticame­nte y quiere darle la vuelta al argumento.

Si el golpe emocional ha dejado tocado a Sánchez, es muy probable que su propia reacción no haya mejorado su posición. Se ha entendido muy mal que un presidente de gira por Europa, que va a presidir en breve la Unión Europea, esgrima la baza patriótica para atacar la operación. La propia Calviño arremetió contra Ferrovial, recordando que “le debe todo a España”. Y tampoco ha sentado nada bien que ya en las primeras horas algunos ministros, con Yolanda Díaz a la cabeza, hayan acusado, sin ninguna base real, a Países Bajos de ser un paraíso fiscal, por el simple hecho de acoger a Ferrovial en su seno. Un país como España, que va a tener ahora la responsabi­lidad institucio­nal de presidir Europa y que es el principal beneficiad­o, junto a Italia, de los fondos europeos para la recuperaci­ón, criticando a un Estado miembro como Países Bajos. Seguro que al primer ministro neerlandés, Mark Rutte, uno de los financiado­res de esos fondos, no le ha agradado la salida de Sánchez.

Ese mismo miércoles, TCI, el mayor accionista extranjero de Ferrovial, y uno de los que previsible­mente había animado a la empresa a tomar esta iniciativa, ratificaba la versión que le había dado Del Pino a Nadia Calviño calificand­o como buena la operación “tanto para la empresa como para España”. La Bolsa la recibía también favorablem­ente, al subir un 0,61%.

Trasfondo político

Pero Sánchez, echando mano de su manual de resistenci­a, ya se ha convencido de que puede darle la vuelta al relato. Acorralado en España por el escándalo del “tío Berni”, es posible que la operación de Ferrovial no sea para él otro flanco débil. El Partido Popular temía que se produjera un efecto contagio y que la salida de la empresa fuera sólo un primer paso, pero al día siguiente varias empresas del Ibex desmintier­on ese escenario. Ese mismo día, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, de visita en España, urgía a unificar el mercado de capitales en Europa, mientras que Calviño aseguraba que pondría en marcha cambios para que las empresas españolas puedan cotizar en Nueva York sin necesidad de trasladars­e. Y Ferrovial volvía a subir en Bolsa otro 1,17%.

El CEO de Ferrovial ha pe

El presidente del PP ha acusado a Sánchez de “incendiar el problema” con sus ataques a Ferrovial y a Del Pino.

La ministra califica a Ferrovial de “empresa pirata” y dice que pedirá “que devuelvan lo que se ha llevado”.

Antonio Garamendi, el presidente de CEOE, ve “peligrosa” la reacción del Gobierno y asegura que “ojalá hubiera más como Del Pino”.

dido que nadie dude sobre la continuida­d de la compañía en España, pero Sánchez seguía ayer con su ataque personal, desde todos los frentes, contra Rafael del Pino. Ha encontrado ya al empresario no comprometi­do con el que quiere movilizar a sus votantes y, de paso, intentar que nos olvidemos del “tío Berni”.

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Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular “Sánchez incendia”
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Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales “Empresa pirata”
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“Ojalá más Del Pino”
Antonio Garamendi, presidente de CEOE. “Ojalá más Del Pino”

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