Expansión Nacional - Sabado

La UE recortó a la mitad sus importacio­nes de Rusia en 2022

- J.D. Madrid

El divorcio entre la UE y Rusia por su agresión hostil a Ucrania se ha consumado ya en el ámbito político, con una ruptura prácticame­nte total de las relaciones entre ambos bloques, pero en el terreno comercial aún queda trecho por recorrer, concretame­nte la mitad, ante la gran dependenci­a de muchos países europeos de las materias primas rusas (sobre todo energética­s pero también productos agroalimen­tarios como los cereales) y la dificultad de sustituir de la noche a la mañana fuentes de suministro cruciales para la economía del Viejo Continente. Aun así, Europa ha pisado el acelerador y, en apenas unos meses, ha desmontado buena parte de sus vínculos comerciale­s con el régimen de Putin, que hasta el inicio de la invasión de Ucrania venían dibujando una curva ascendente. En concreto, entre marzo y diciembre, el valor de las importacio­nes europeas de Rusia se redujo un 53%, al pasar de los 21.800 millones que alcanzaban en el primer mes de la guerra a poco más de 10.300 millones en diciembre pasado, según los datos actualizad­os ayer por Eurostat.

Un tijeretazo muy significat­ivo en los diez primeros meses del conflicto que también se aplica a las exportacio­nes europeas al gigante euroasiáti­co. La ventas de la UE a la Federación Rusa pasaron de unos 8.000 millones de euros en marzo a 3.952 millones en diciembre pasado; esto es, una caída superior al 50%, que evidencia cómo los flujos comerciale­s entre ambas regiones se han ido estrechand­o a pasos agigantado­s a golpe de restriccio­nes, vetos y sanciones. Aunque la UE sigue comprando a Rusia más de lo que le vende (la relación comercial entre ambas siempre ha sido deficitari­a para los europeos), el drástico recorte de los flujos se ha traducido a su vez en una fuerte reducción de ese gap: el déficit comercial de la UE con Rusia se redujo en diciembre hasta los 6.000 millones, menos de un tercio del máximo registrado en marzo, cuando superó los 18.200 millones.

Estos datos ponen sobre el tapete la determinac­ión de la

UE de reducir a la mínima expresión el comercio con el régimen autocrátic­o de Putin, pero también las dificultad­es que entraña un proceso de ese calado. De hecho, el flujo comercial es aún relevante, aunque irá cada vez a menos. El 25 de febrero, la UE aprobó su décimo paquete sancionado­r contra Rusia, que incluye la prohibició­n de exportar bienes industrial­es por valor de 11.000 millones y que se suma a las restriccio­nes que ya pesan sobre el carbón, el petróleo y otras materias primas clave. Así, por ejemplo, el valor de las compras de petróleo crudo pasaron de 6.033 millones en enero de 2022, un mes antes del estallido de la guerra, a 1.487 millones en diciembre, un 75% menos; las de gas natural en estado gaseoso, de 3.134 millones a 1.331 (-57%); las de fertilizan­tes, de 363 millones a 183 (-49,5%), y las de hierro y acero, de 950 millones a 210 (-77,8%). Por contra, el importe de las compras de gas natural licuado, del que países como Alemania, Hungría o Austria tienen una gran dependenci­a, ha seguido creciendo, pasando de 1.099 millones en enero a 1.331 en diciembre (+21%). Las importacio­nes de derivados del petróleo también aumentaron, alcanzando los 2.770 millones en el último mes del año, un 18,3% más que en enero, aunque las próximas estadístic­as deberían mostrar una caída en picado, sobre todo después de que el 5 de febrero entrara en vigor el veto de la UE a las importacio­nes de carburante­s rusos.

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