Un buen empleo
que se hacen y, sobre todo, foco. Conviene elegir bien los canales que se utilizan, las plataformas, los sectores y las funciones que más nos interesan”.
Peñalver cita un estudio de Gallup que concluye que sólo un 9% de los empleados españoles se siente comprometido con su trabajo actual: “Eso está por debajo del 13% de la media mundial. Si en torno al 10% se siente comprometido, eso quiere decir que hay un altísimo porcentaje que no lo está y querrá cambiar”.
Ante el descontento, Peñalver ve tres estrategias: una es quedarse resignado y no hacer nada, que equivale a la renuncia silenciosa. A medio plazo esto puede dar lugar a cuadros depresivos y ansiosos.
Otra estrategia –negativa, como la primera– es caer en el resentimiento, en la negatividad y en la agresividad. Peñalver sostiene que “esta confrontación activa mueve a quien quiere irse a salir de la situación actual frustrante en vez de ir hacia algo en lo que hay que poner el foco. Uno se mueve desde la rabia y casi cualquier cosa le parece bien... y al final se arrepiente”.
La tercera estrategia que sugiere el socio director de Isavia, más razonable, es tratar de cambiar tanto dentro de la empresa como fuera de ella. La fuerza motriz aquí es ir hacia y no salir de. En este caso rigen la estrategia y la serenidad.
Parece evidente que la elección de un método irreflexivo, basado en el enfado, implica ignorar nuestro futuro, básicamente porque la aplicación rabiosa niega la posibilidad de un mínimo análisis. Aunque es cierto que somos pésimos pronosticadores de nuestro futuro profesional, analizar qué haremos y dónde estaremos en los próximos años resulta determinante en cualquier cambio de empleo. Andrés Pérez Ortega, consultor en estrategia personal, cree que “no sabemos cómo vamos a actuar en el futuro ni lo que puede ocurrir en el entorno, pero podemos manejar algunas variables para controlar los riesgos. Hay que tener una estrategia personal que quizá no nos lleve exactamente donde queremos, pero que puede acercarnos bastante: conviene tener claro qué perseguimos (propósito, misión, visión, valores), en qué creemos (personalidad), de qué estamos hechos (cualidades), qué podemos ofrecer (propuesta de valor), a quién queremos influir (público) o cómo comunicarlo (márketing personal)”.
No está de más analizar la propia capacidad de reinventarse profesionalmente, comprobando que podemos sacar partido de aquello que ya sabemos hacer en otro sector, puesto o actividad.
Y al menos deberíamos conocer nuestros puntos fuertes y las competencias diferenciales que nos permitan dedicarnos a distintas profesiones, y si presentamos alguna ventaja competitiva en un mercado laboral como el actual, que valora la diferencia y el valor añadido.
En abril de 2022, Meta Engeneering adquirió el 67,2% de Izharia. Estar en un grupo más grande, posiciona la compañía en un nivel con mayor liquidez financiera para asumir un mayor crecimiento dentro y fuera de España.
2022 lo acabaron con una facturación de 7,4 M y 791.925 de EBITDA, creciendo un 63% respecto 2021. En 2023, la previsión es facturar 9,1 M y alcanzar un EBITDA de 895.975 euros. A nivel internacional, además de oficinas en Panamá, este año han abierto delegaciones en Perú, Colombia y Chile. En España han sumado los centros de trabajo de Asturias, Vigo, Bilbao y Barcelona, descentralizando la oficina de Madrid, aunque esta seguirá siendo la central y la que cuenta con más personal. Queremos seguir creciendo, tanto en clientes como en servicio, y, a corto plazo, situarnos en EEUU, dando servicio a empresas españolas con las que ya trabajamos, prevé Isabel López Ferrer, CEO de Izharia. capacidad innata de pensar y actuar en muchas direcciones o temas al mismo tiempo. Esto nos da una ventaja a la hora de tomar decisiones y enfrentar crisis. También tenemos una mayor predisposición al cambio, con un firme sentido de la calidad, centrado en la persona, flexible, comunicativo y persuasivo”.
A pesar de, o gracias a, todas las dificultades por las que ella pasó, su empresa es un ejemplo de integración de la mujer, y trata de transmitir su pasión por la ingeniería cada vez que tiene ocasión de hablar con las jóvenes generaciones. “A las mujeres que quieren entrar en este campo de la ingeniería, si realmente les gusta, les diría que es una carrera apasionante y que no dejen nunca de luchar por sus sueños, que sean dueñas de su futuro”.