Divagando por la montaña rusa de la vida (II)
Intento clarificar el modelo de ahorro más interesante, inmobiliario o mobiliario, en un largo plazo, diciembre de 2000 hasta fin del tercer trimestre de 2022. El resultado provocador: Ibex 35 (sin dividendos) ha perdido un 12% y vivienda e Ibex Total Return (con dividendos) han ganado respectivamente el 75% y el 107%.
La semana pasada las bases; ahora, en dos tandas, el análisis.
En estos años se han dado incontables eventos con incidencia en una economía con poca estabilidad y mucha variabilidad, por extractar, coletazos de la burbuja punto.com, atentados 2001, momento “España va bien” con promoción de vivienda sin fin, tasaciones sin valor ni sentido, desatadas concesiones de préstamos, crisis hipotecaria en USA contagiosa, explosión del globo financiero inmobiliario, remodelación de la banca, materias primas vs petróleo vs Covid vs guerra y viceversa; ¿alguien da más?
En estos 22 años la Bolsa ha aproximado su precio a su valor, pasando con agitación de los 9.080 puntos de cierre de 2000 a los 7.367 de septiembre de 2022, con dosis de autoengaño con las que, camino de 2007, alcanzó los 16.000 puntos, índice no correspondido con la realidad y que no se ha repetido y –posiblemente– no se repetirá en años, con la volatilidad constante: 10 ejercicios positivos contrapuestos a 12 negativos.
El futuro se viste con un poco de optimismo. La Bolsa española ha digerido parte de los desastres ocurridos y contagia esperanza, pero con dos conclusiones: digan lo que digan somos una economía débil y dependiente y para invertir en Bolsa hay que saber o confiar en expertos. El boca oreja del cuñado parlanchín y dicharachero no vale. La inversión inmobiliaria pasa por otros caminos.
La semana que viene: ¿qué ha pasado con mi piso?