El ministro argentino de Economía promete restaurar el orden fiscal
El nuevo ministro argentino de economía ha prometido devolver el orden fiscal al país, mientras la administración peronista intenta restaurar su poca credibilidad y recuperar la confianza del mercado creando un “superministerio” para luchar contra la inflación.
“No soy un mago ni un salvador”, dice Sergio Massa, la tercera persona encargada de la economía de Argentina en apenas un mes. “El reto es enorme”. En su primer discurso, Massa anunció una serie de medidas incluyendo dejar de imprimir dinero para financiar el presupuesto, y hacerlo a través de la reducción del déficit o el endeudamiento del sector público, junto con la creación de reservas de dólares y la “revisión”
de las ayudas estatales, para reducir el enorme déficit del país y cumplir los objetivos presupuestarios.
El exportavoz del Congreso se enfrenta a la poco envidiable tarea de salvar una economía destruida por una inflación galopante, unas reservas menguantes y una deuda interna creciente, mientras navega por las luchas internas políticas ante las elecciones del próximo año.
Los precios de los bonos han subido desde que Massa fue elegido por el presidente Alberto Fernández para supervisar un nuevo departamento dedicado a la política económica, industrial y agrícola. Los inversores parecen más optimistas sobre la capacidad de Massa para guiar las reformas que su predecesora, Silvina Batakis, que duró veinticuatro días en el cargo.
Batakis sustituyó el 4 de julio a Martín Guzmán, que dimitió inesperadamente tras meses de peleas en la coalición de izquierdas gobernante sobre la dirección de la política económica. Guzmán, aliado del presidente, había pedido una reducción del gasto para frenar el déficit presupuestario y mantener el acuerdo con el FMI, de reestructuración de la deuda de 44.000 millones de dólares.
Desde entonces, la situación se ha deteriorado, mientras los ahorradores, que temen una devaluación de la moneda, convierten sus pesos en algo más fiable como el dólar estadounidense, impulsando aún más la inflación.
Los economistas prevén que la inflación supere el 90% este año. Los bonos soberanos se mueven en terreno peligroso. La pobreza es alta y se espera que el país entre en recesión con una contracción en el tercer trimestre de este año.
En un intento de contener la crisis económica, Fernández decidió nombrar a Massa para rescatar las finanzas del país y devolver la confianza a los inversores y la ciudadanía.
Pero la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, no está de acuerdo con el presidente sobre cómo arreglar la economía. Ella y sus aliados creen que, antes de la carrera presidencial, los peronistas deberían gastar más para proteger a los votantes de la creciente inflación.
Los analistas dudan sobre el nivel de control que Massa puede ejercer sobre el Ministerio de Energía y otras instituciones financieras. El economista Fernando Marull afirma que, “por ahora, no hay caras nuevas” que señalen un cambio en la dirección del liderazgo del ministerio de Finanzas. Para recuperar la credibilidad de los inversores, el nuevo ministerio “debe poner un freno creíble” sobre los pesos que está emitiendo el banco central, según Nicolás Dujovne, exministro de finanzas. Si no se deja de emitir dinero, “la inflación no bajará”.