Twitter: el precedente que frustra la estrategia de Musk
Una sentencia en EEUU sobre el grupo de medicamentos genéricos Akorn sienta jurisprudencia en los acuerdos para comprar empresas.
Un tribunal del estado de Delaware permitió a Fresenius abandonar el acuerdo con Akor por el llamado “efecto material adverso”, consistente en un deterioro de una empresa objetivo tan grave que un comprador no obtendría la empresa por la que negoció.
A diferencia de Musk, Fresenius hizo su parte para no faltar a las obligaciones
El otrora desgraciado fabricante de medicamentos genéricos Akorn seguirá siendo, con toda probabilidad, un unicornio bajo la legislación de Delaware. La empresa protagonizó una batalla judicial que estableció un importante precedente legal para las fusiones y adquisiciones en Estados Unidos después de que el grupo sanitario alemán Fresenius Kabi firmara un acuerdo de 4.000 millones de dólares (4.000 millones de euros) para comprarla en 2016.
Dos años después de ese acuerdo, un tribunal del estado de Delaware permitió a Fresenius abandonar el acuerdo. Es la primera y última vez en la historia del estado que se permite a un comprador rescindir un acuerdo de fusión por el llamado “efecto material adverso”, una degradación de una empresa objetivo tan grave que un comprador no obtendría la empresa por la que negoció.
La decisión ha sido analizada en los últimos meses por muchos abogados para ver si proporcionaría una vía de escape para que Elon Musk disolviera su acuerdo de 44.000 millones de dólares para comprar Twitter.
Pero el caso de Akorn muestra lo contrario: lo difícil que sería para Musk, o para cualquier comprador de una empresa en circunstancias similares abandonar el acuerdo.
Una lección clave de la decisión de Delaware es que no sólo hay que examinar el deterioro de una empresa vendedora, sino también cómo actúa un comprador en el proceso de intentar cerrar y luego rescindir un acuerdo.
Esta conducta es crucial, ya que un comprador que busca la rescisión no puede incumplir primero sus propias obligaciones. El juez en el caso Akorn dictaminó que Fresenius, en general, hizo minuciosamente su parte para cerrar la transacción inicial y no incumplir sus propias obligaciones, algo que Musk puede no ser capaz de igualar.
Rechazo a la gestión
Las acciones erráticas de Musk desde que firmó el acuerdo con Twitter en abril incluyen el rechazo a la gestión de la empresa en sus tuits, así como el intento de retrasar el cierre, según los textos y tuits revelados. Esto no le favorecería en ningún juicio.
Hay otras diferencias sustanciales entre las batallas de Twitter y Akorn. Después de que Fresenius y Akorn anunciaran su acuerdo, una empresa alemana recibió correspondencia anónima. Un informante denunciaba enormes problemas de integridad de los datos en las instalaciones de fabricación de Akorn. Fresenius, por su parte, empezaba a ponerse nerviosa por el acuerdo, ya que Akorn había incumplido sus previsiones de ingresos y beneficios.
En cuanto a los problemas de fabricación, una larga investigación posterior de Fresenius descubrió suficientes señales de alarma, incluida la presentación de datos falsos a la Administración de Alimentos y Medicamentos, como para motivar la rescisión del acuerdo.
El coste de remediar los problemas, 900 millones de dólares o una quinta parte del valor del acuerdo, era lo suficientemente importante como para que el juez dejara dar marcha atrás a Fresenius, aunque Akorn argumentara que la empresa alemana había aceptado el riesgo de problemas operativos.
El exjefe de seguridad de Twitter, Peiter Zatko, alegó que la empresa no había cumplido con los decretos gubernamentales sobre la seguridad de los datos. Los abogados de Musk aprovecharon los paralelismos con el caso Akorn, escribiendo en sus declaraciones: “Al igual que en Akorn, los demandados [Musk] tienen derecho a investigar esas alegaciones y otras en la demanda de Zatko para verificar la exactitud de las representaciones”.
Fresenius había contratado a abogados para investigar sus opciones de abandonar el acuerdo con Akorn. Pero los registros del juicio mostraron que Fresenius había tenido cuidado de escuchar el consejo de sus abogados y asegurarse de que su propia situación estaba en orden.
El tribunal de Delaware dictaminó que Musk tenía hasta el 28 de octubre para completar el acuerdo o, de lo contrario, enfrentarse a un proceso legal que de repente decidió que quería evitar. Es su mejor oportunidad para demostrar que puede estar a la altura de lo que firmó.