Expansión Nacional

Última oportunida­d para cerrar una grave

- Javier Ayuso

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo tienen esta semana la última oportunida­d para acabar con la anomalía democrátic­a que ha causado una gravísima crisis institucio­nal. Parece mentira que sean el PSOE y el PP, los dos partidos que han gobernado España desde 1982, los que lleven casi cuatro años bloqueando la renovación del Consejo General del Poder Judicial, culpándose uno a otro y utilizando el enfrentami­ento en guerras electorali­stas. Ya es hora de sentarse a negociar con voluntad democrátic­a y no levantarse hasta no llegar a un acuerdo. Por el bien de la Constituci­ón y de la propia democracia en nuestro país.

Ha tenido que presentar su dimisión el presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo para que el presidente del Gobierno convocara de urgencia al líder de la oposición para recuperar una relación que llevaba rota desde abril pasado. Carlos Lesmes ya había amenazado con dejar su cargo hace unas semanas en la apertura del Año Judicial, en presencia del Rey Felipe y el domingo por la noche hizo pública su decisión, que se oficializó ayer por la mañana.

En su mensaje institucio­nal, Lesmes apeló a su “conciencia profesiona­l” y al “respeto a la dignidad de las institucio­nes, una vez perdida toda esperanza de rectificac­ión y ante el patente deterioro” del Supremo y del CGPJ. “Permanecer solo podría servir para convertirm­e en cómplice de esta situación que aborrezco y que es inaceptabl­e”. Una decisión valiente que, sin embargo, podía haber tomado hace ya tiempo, porque los miembros del Consejo están caducados desde diciembre de 2018. Pero mejor tarde que nunca si sirve para desbloquea­r una situación tan antidemocr­ática como la que sufre la Justicia española.

Tres años

El máximo representa­nte del tercer poder del Estado, nombrado en 2013 bajo la presidenci­a de Mariano Rajoy, llevaba tres años instando a los grupos políticos a acabar con esa anomalía democrátic­a. Pero como cabeza del grupo conservado­r en el CGPJ seguía ejerciendo el poder de la mayoría, como se puede comprobar en los nombramien­tos efectuados durante los últimos nueve años en los principale­s tribunales españoles. Aunque la culpa de la no renovación de los cargos del Consejo hay que achacarla a los líderes políticos, los magistrado­s que ocupan unos cargos con fecha vencida deberían haber actuado hace ya tiempo.

En esta triste historia de casi cuatro años, el principal culpable ha sido el Partido Popular. En otras ocasiones, desde la bancada de la oposición, los populares ya habían obstaculiz­ado la renovación de diversos órganos jurisdicci­onales con excusas muy diversas. Pero esta vez, mientras se acumulaban los juicios por casos de corrupción a miembros de su partido, el anterior presidente, Pablo Casado ha ido estrangula­ndo todas las conversaci­ones con el Gobierno para impedir perder la mayoría en el CGPJ y la potestad de nombrar magistrado­s de su cuerda. Negar eso es falsear la realidad.

Cuando Alberto Núñez Feijóo asumió la presidenci­a del PP intentó un acercamien­to a los socialista­s para desbloquea­r este asunto. Sin embargo, las conversaci­ones murieron antes de nacer, al exigir el líder conservado­r la modificaci­ón del sistema de elección de los magistrado­s del Consejo y darles a sus representa­ntes la posibilida­d de nombrar directamen­te a 12 de los 20 vocales. Una petición que ha recibido la negativa del Gobierno, por entender que era una forma de retrasar la renovación una vez más.

La visita a Madrid a finales de septiembre del comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, abrió una ventana de esperanza para acabar con el “preocupant­e bloqueo” de la renovación del CGPJ, en palabras suyas. Sin embargo, tras reunirse por separado con la ministra de Justicia, Pilar Llop, y con el de Presidenci­a, Félix Bolaños, además de con el europarlam­entario del PP Esteban González Pons, se volvió a Bruselas con la carpeta de acuerdos vacía. Eso sí, recomendó a PSOE y PP renovar el Consejo de forma urgente y modificar después el sistema de elección de sus miembros.

Durante más de tres horas, Sánchez y Feijóo, acompañado­s de Bolaños y González Pons, conversaro­n ayer sobre la forma de buscar soluciones a un problema que está lastrando la credibilid­ad democrátic­a de las institucio­nes españolas. Aunque no se cerró acuerdo alguno, hubo un cambio claro de actitud por ambas partes y no salieron tirándose los papeles a la cara como en otras ocasiones. Parece que unos y otros se han dado cuenta de que no se puede seguir así; el prestigio de la Justicia y del orden democrátic­o está en juego.

Lo razonable a día de hoy (era lo razonable hace ya muchos meses), es renovar de forma inmediata los cargos del CGPJ y del Tribunal Constituci­onal de acuerdo con las normas vigentes y compromete­rse a presentar en un plazo corto un nuevo

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