Lula gusta al inversor extranjero
Tras conocerse el resultado electoral, la Bolsa brasileña registró una pequeña caída y luego una pequeña subida, lo que indica que la tendencia alcista de los extranjeros se impuso a la tendencia bajista de los brasileños.
El sentimiento hacia los activos brasileños se encuentra en el filo de la navaja. Luiz Inácio Lula da Silva, el ex obrero metalúrgico de izquierdas y dos veces expresidente, venció a Jair Bolsonaro, el representante de la derecha, por apenas 1,8 puntos porcentuales.
Los inversores brasileños suelen ser más críticos con Lula que los extranjeros, que recuerdan sus dos mandatos en 2003-2010 no por el extremismo de la izquierda, sino por la prosperidad fomentada por el auge de las materias primas y la formulación de políticas ortodoxas. En cambio, los brasileños recuerdan la compra de votos en el Congreso que empañó los anteriores mandatos de Lula. Les gustaban las políticas a favor del mercado del ministro de Economía de Bolsonaro, y se sienten más cómodos con el conservadurismo reaccionario de sus políticas sociales. A ambos grupos de inversores les preocupa el despilfarro fiscal, pero hay menos diferencia entre Lula y Bolsonaro en ese aspecto de lo que muchos imaginan.
Brasil es uno de los países favoritos de los inversores este año. El bono a 10 años de Brasil está dentro de su rango de los últimos 15 años. Su rentabilidad ha bajado de más del 13,5% en julio a poco más del 12% en la actualidad. El real brasileño es una de las pocas divisas del mundo que se ha apreciado frente al dólar, gracias en parte a la temprana y agresiva respuesta del Banco Central a la inflación. Los altos tipos de interés han abaratado las acciones.
Los inversores extranjeros consideran que la estrecha victoria de Lula constituirá una limitación a los excesos de la izquierda que puedan seguir tentándole. Ahora debe nombrar rápidamente a su equipo económico para darles la seguridad que desean.
Blackstone utiliza la ingeniería financiera
Las operaciones de capital riesgo no están muertas. Pero es posible que las empresas vendedoras tengan que esperar para obtener todo su dinero. Blackstone va a adquirir una participación mayoritaria en el negocio de componentes de aire acondicionado de Emerson a un valor de empresa de 14.000 millones de dólares (14.000 millones de euros). Quizá sea sorprendente que la mayor empresa de capital riesgo del mundo comience con una participación contenida del 55%.
Curiosamente, Emerson actúa a su vez como prestamista de Blackstone a través de la llamada ‘financiación del vendedor’. Blackstone deberá 2.250 millones de dólares a Emerson, con vencimiento en una década. Esto requiere el pago de intereses en el ínterin. Emerson permitirá a la firma de inversión aportar el dinero más adelante, cuando las condiciones mejoren.
Ambos grupos han dado con la ingeniería financiera que les permita cumplir sus respectivos imperativos. Esperan que los mercados les sigan tarde o temprano.
Los bancos de Wall Street pueden proporcionar una forma barata de financiación, pero su disponibilidad refleja los caprichos del mercado. Los préstamos directos de las firmas de crédito privadas son eficientes pero caros y tienen sus limitaciones de tamaño. La ‘financiación del vendedor’ es una forma poco ortodoxa de llenar el vacío.