Mano dura en el golpe a energéticas y banca

El Gobierno de PSOE y Podemos ha aprovechado la vía libre dada por la Comisión Europea a los Estados miembro en el diseño de los impuestos extraordinarios a las energéticas y la banca para mantener inalterada la dureza de golpe fiscal a estas compañías. La necesidad de más ingresos para financiar el despilfarro incluido en los Presupuestos de 2023, que será mayor si se cumplen las previsiones del consenso de los analistas sobre un crecimiento menor de nuestra economía del esperado por Moncloa, ha llevado a los miembros de la coalición gubernamental a obviar las recomendaciones tanto de la Comisión Europea como del BCE respecto a ambos tributos. Bruselas instó a los países que optaran por cargar sobre las empresas el coste de las medidas frente a la crisis energética que gravasen sus beneficios extraordinarios y no sus ingresos, como aprobó el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Tampoco seguirá el criterio comunitario de limitar la tasa a una parte del sector energético y excluir a las eléctricas. La voracidad recaudatoria del Ejecutivo, que prevé ingresar 7.000 millones de euros adicionales en dos años con ambos gravámenes, le ha llevado a incluir como una enmienda a la ley que los regula la puesta en marcha del nuevo impuesto a las grandes fortunas, así como la ampliación del alcance del tributo a la banca sobre las entidades de origen extranjero. Esto último evitará distorsionar la competencia en el sector, tal como advirtió el BCE en su reciente dictamen, pero augura si cabe una mayor litigiosidad respecto al polémico tributo. La introducción del nuevo gravamen sobre los patrimonios más elevados mediante una enmienda a una norma que regula otros impuestos es una maniobra insólita de mala praxis legislativa que servirá para eludir el preceptivo control previo de los órganos consultivos en caso de tramitarse como un proyecto de ley. También busca garantizar su entrada en vigor lo antes posible con una tramitación parlamentaria exprés. Por eso, aunque las energéticas esperan todavía que haya una cierta modulación del golpe fiscal gracias a las enmiendas presentadas en ese sentido por grupos como el PNV, cabe albergar pocas esperanzas de que pueda producirse en vista de la radicalización del discurso del propio Sánchez contra las grandes compañías de nuestro país, a las que ha llegado a acusar sin pruebas de organizar una supuesta campaña de desprestigio contra su Gobierno.

El Gobierno ignora las recomendaciones sobre ambos tributos de la Comisión Europea y el BCE