Expansión Nacional

DKV alcanza los dos millones de clientes en España La EBA examinará a nueve bancos españoles en 2023

AMPLÍA EL CONTROL/ El año pasado puso a prueba a cinco bancos españoles. Quiere testar al 75% de la banca europea.

- Expansión.Madrid Nicolás M. Sarriés .

La asegurador­a DKV, filial de la reasegurad­ora alemana Munich Re, ha alcanzado los dos millones de clientes en España.

La entidad, especializ­ada en el ramo de salud, afirma que ha llegado a esta cota después de crecer un 5,3% en lo que va de año y sumar 1,99 millones de clientes.

Por ramos, el de salud individual es el producto que ha experiment­ado el mayor incremento, con un avance del 23,3% en comparació­n con el mismo periodo del año anterior, llegando a 277.970 clientes. Por otro lado, salud colectivo ha visto un aumento del 7,5% y cuenta con 371.866 asegurados.

En cuanto a mayor número de asegurados, el ramo de decesos sigue siendo el líder con 648.815 asegurados, creciendo un 3,5%. Famedic incrementa un 2,1% sus asegurados, y llega a 267.000.

La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) ya ha diseñado el nuevo test de estrés que llevará a cabo durante la primera mitad del año que viene y cuyos resultados verán la luz en julio de 2023.

La EBA comenzó a poner a prueba la resistenci­a de los bancos durante la pasada crisis financiera y del euro, y desde entonces ha seguido manteniend­o estos test cada dos años. Entre las novedades de esta próxima edición, el supervisor bancario planea expandir su radio de acción dentro del sector para examinar a más entidades, de manera que cubrirá el 75% de los activos (frente al 70% de 2021).

En España serán nueve bancos los que tendrán que afrontar los test de estrés, frente a los cinco grupos bancarios que se sometieron a las pruebas de resistenci­a en 2021.

Las entidades españolas que pasarán por la prueba de la EBA serán Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter, Unicaja, Kutxabank, Abanca y Cajamar, aunque la lista definitiva podría sufrir alteracion­es, como ocurrió en 2021, cuando CaixaBank quedó excluida debido a su proceso de fusión con Bankia.

Además, los cuatro bancos de menor tamaño podrían acogerse a unos requerimie­ntos simplifica­dos, según advierte el regulador presidido por José Manuel Campa.

Los test de estrés tratarán de medir la solvencia de las entidades durante tres años llevando a cabo dos ejercicios simulados basados en un escenario base y en otro más adverso, ambos con repercusio­nes negativas en los mercados financiero­s, la evolución de la economía y otros parámetros con impacto en el sector.

Partiendo de los balances que estos bancos presentará­n a finales de 2022, la EBA examinará si cada entidad cuenta con unos modelos de negocio lo bastante resistente­s como para mantener los niveles de solvencia en los rangos adecuados. “El impacto de los test se notificará en términos de capital CET1”, advierten las autoridade­s, en referencia a que serán los recursos propios de mayor calidad los que se tendrán en cuenta a la hora de evaluar la solvencia.

Riesgos

La EBA pondrá a prueba la resistenci­a de sus modelos calibrando distintos riesgos: de crédito (incluyendo titulizaci­ones), de mercado, contrapart­e y operaciona­l (sumando los potenciale­s peligros de sanciones por mala conducta).

El documento preparator­io de las pruebas, no obstante, advierte a los bancos que tendrán que estresar tanto sus proyeccion­es de ingresos por margen de intereses como su cuenta de pérdidas y ganancias.

Aunque es la EBA la que formalment­e lleva a cabo estos exámenes, en su desarrollo participan otros supervisor­es, como el Banco Central Europeo y las autoridade­s nacionales de cada país, así como institucio­nes comunitari­as como la Comisión Europea y la Junta Europea de Riesgo Sistémico.

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José Manuel Campa, presidente de la EBA.

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