La banca extranjera se rebela ante la nueva redacción del impuesto
Fuentes de los bancos extranjeros sujetos al impuesto dicen que no hay margen para recurrir
Estupor entre las entidades extranjeras afectadas por las enmiendas incluidas en el impuesto a la banca. Fuentes de los bancos afectados aseguraron ayer a EXPANSIÓN que el gravamen es “discriminatorio” porque no se tienen en cuenta sus ingresos por intereses y comisiones en el país, como sí se hace con los españoles. Además se lamentan de que jurídicamente no haya mucho margen de maniobra para reclamar debido a que el texto habla de “entidades supervisadas por el BCE”, por lo que se da por hecho que son bancos sistémicos (de gran tamaño) y se les equipara a los competidores españoles que tendrán que pagar.
El negocio de los bancos extranjeros en España puede ser mucho más pequeño que el de otras entidades, como las cajas rurales, que sí se han quedado fuera del gravamen, salvo Cajamar. A este respecto, fuentes del Ministerio de Hacienda consultadas por este medio aseguran que el impuesto “no es discriminatorio” y que “se han seguido las recomendaciones del BCE”.
“Llama la atención que sea la única recomendación del BCE a la que han hecho caso”, explican fuentes financieras, refiriéndose en este caso a la parcial interpretación del texto firmado por Christine Lagarde. Estas mismas fuentes critican que tanto el PSOE como Podemos hayan dejado fuera los puntos más relevantes del escrito.
“No se ha tenido en cuenta el fuerte impacto económico, ni la distorsión que producirá el impuesto entre la competencia
El Gobierno dice que ha seguido las recomendaciones del Banco Central Europeo
de los bancos en España frente a otros países”, argumentan.
Más recaudación
Entre los bancos extranjeros también se preguntan quién sale ganando con estas enmiendas: “A los grandes no se les reduce la factura, el impuesto no se reparte. El Gobierno va a recaudar más”, afirman. Es decir, se sobrepasarán los 3.000 millones anunciados de recaudación por el Gobierno (1.500 millones por año).
Los bancos españoles se quejan de que el impuesto siga recayendo sobre los ingresos, lo que da pie a que entidades con bajo beneficio o incluso pérdidas tengan que pagar el impuesto. Creen que se hubiera conseguido una mayor neutralidad impositiva planteándolo como una tasa calculada en función del nivel de depósitos de cada entidad, siguiendo el modelo del FGD.
Gran parte de ellos habían solicitado que los grandes bancos extranjeros que operan en España también pagaran el gravamen.
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