Roundup arruina los resultados de Bayer
Las ventas aumentaron más de un 10% en los nueve primeros meses del año. El ebitda antes de partidas especiales subió más de un 25%. Los resultados de Bayer en los nueve primeros meses del año, dados a conocer el martes, muestran la resistencia del conglomerado farmacéutico y agroquímico alemán frente a la recesión.
Sin embargo, las buenas cifras no ocultan el negro nubarrón legal que aún se cierne sobre Bayer, y que surge de su adquisición en 2018 del grupo agroquímico estadounidense Monsanto por 63.000 millones de dólares (63.000 millones de euros). Este fabrica el herbicida Roundup, que los tribunales estadounidenses han vinculado al cáncer.
El coste de los eventuales desenlaces judiciales no se puede calcular con precisión. Hasta ahora, Bayer ha reservado 16.000 millones de dólares para las acciones legales por el Roundup.
Las acciones de Bayer están por debajo de los 51 euros, casi dos tercios de su máximo en abril de 2015, un año antes de su oferta por Monsanto. Cotizan a una ratio precio-beneficio anticipada de menos de siete, mucho más baja que la de sus rivales.
Sin embargo, los dos últimos años han sido buenos para Bayer. La fuerte subida de los precios mundiales de los alimentos ha impulsado la demanda de sus semillas y herbicidas. Las ventas ajustadas en los nueve primeros meses aumentaron casi un 17% con respecto al año anterior en la división de cultivos de Bayer.
Desgraciadamente, las responsabilidades legales que arrastra Monsanto seguirán frenando la subida del precio de la acción. La empresa puede apoyar los beneficios trimestrales manteniendo los costes bajo control. Pero la acción sigue siendo una apuesta por los imprevisibles casos judiciales en EEUU, y una advertencia a los consejeros delegados que persiguen compras para que equilibren los imperativos estratégicos con un amplio due diligence.
El yen no ayuda a los coches japoneses
Todo lo que sabemos sobre los fabricantes de coches japoneses está cambiando. El viejo patrón establecido de que la debilidad de la moneda nacional impulsa los precios de sus acciones no ha funcionado este año. Los inversores necesitan una nueva estrategia.
Un yen más débil se ha traducido históricamente en beneficios más altos para los tres grandes fabricantes de vehículos de Japón: Toyota, Honda y Nissan. Esta fórmula sigue funcionando con otros exportadores locales como las empresas de videojuegos. Nintendo acaba de anunciar un beneficio neto récord en su primer semestre fiscal, que comprende los seis meses hasta septiembre. Sin embargo, aunque los beneficios operativos de los tres grupos mejoraron, decepcionaron en gran medida a los mercados, al quedarse muy por debajo de las expectativas.
El colapso del yen este año ha agravado el creciente coste de las materias primas importadas y de la energía. Sumado a los problemas en el suministro de microchips, estos factores nublan el futuro del sector.
Las acciones de Nissan y Toyota caen un 12% en el año, pero, junto con las de Honda, siguen cotizando con una prima con respecto a las de su rival global Volkswagen. Los problemas de la cadena de suministro y los recortes de la producción deberían reducir pronto esa brecha.