Grup Perelada eleva las ventas un 37% y compra Wineissocial
Tras el golpe del Covid, Grup Perelada, el conglomerado de juego y vino de la familia Suqué, disparó el año pasado su facturación consolidada un 37%, hasta 419 millones de euros, pero siguió en números rojos, con unas pérdidas de 12,1 millones, un 63% inferiores a las de 2020.
El hólding opera los casinos de Barcelona, Tarragona y Castell de Peralada (Girona), tiene el 50% de otros cinco salones de este tipo en Argentina, Uruguay y Chile –donde su socio es el grupo local Boldt– y está presente en el negocio del vino con marcas como Perelada, Viña Salceda. Gran Feudo o Cresta Rosa. Su buque insignia es el Castell de Peralada, complejo con hotel, golf, casino y restaurante. El grupo también es el dueño de la histórica enseña automovilística La Hispano Suiza.
En 2021, Perelada se recuperó en gran medida del desplome del negocio sufrido en el año de inicio de la pandemia –en el que las ventas fueron de 305 millones–, aunque no llegó a la cifra previa a la crisis sanitaria (429 millones).
Hay que tener en cuenta que el grupo se desprendió en 2021 de su filial industrial Poligal, que había facturado 98 millones de euros en el ejercicio anterior. Perelada vendió la empresa a la peruana Oben Group por 24,8 millones y la operación generó unas pérdidas de 4,9 millones.
En agosto de 2021, el grupo también excluyó de su perímetro a la firma de acuicultura Cultius Marins del Delta de l’Ebre, aunque la empresa sigue vinculada a la familia.
En paralelo, dentro de su apuesta por la digitalización, el hólding tomó el año pasado el control de la tienda online de vinos Wineissocial. Grup Perelada ya tenía el 11% de la compañía barcelonesa y adquirió un 79% adicional.
En el informe de gestión de 2021, la empresa presidida por Javier Suqué Mateu constata la “recuperación de la actividad tras la pandemia”, pero no menciona las causas de las pérdidas.Fuentes del grupo las atribuyen principalmente a una provisión por el deterioro de su participación del 50% en Ovalle Casino & Resort, en Chile; a la amortización de las inversiones realizadas en la división vitivinícola, y al incremento de los costes corporativos.