Expansión Nacional

Los supervisor­es golpean a las ‘criptos’ en sus horas más bajas

EL BITCOIN PIERDE MÁS DE UN 70% DESDE LOS MÁXIMOS HISTÓRICOS/ Las grandes autoridade­s ponen la lupa sobre el fraude, las pérdidas de las criptomone­das y los escándalos surgidos en los últimos meses.

- A. Stumpf.

El bitcoin se encuentra en uno de los momentos más sombríos de los últimos años. Con una caída del 73% desde los máximos históricos que registró en noviembre de 2021, ha perdido el embrujo de las enormes ganancias con las que atraía a numerosos inversores. Los supervisor­es, que siempre han mirado con enorme recelo a este activo digital, refuerzan ahora sus críticas y lo golpean con dureza.

En una semana, el Banco Central Europeo (BCE), la SEC estadounid­ense, la CNMV española y el Comité de Basilea del Banco de Pagos Internacio­nales (BIS) han cargado, desdeñado, advertido o impuesto nuevas trabas a la contrataci­ón y negociació­n de bitcoins y otros activos digitales.

Los supervisor­es tienen claro que se trata de un segmento del mercado extremadam­ente volátil y se dividen entre los que piden precaución y transparen­cia y los que directamen­te lo consideran una gran estafa.

“El bitcoin está exhalando su último aliento artificial en su camino a la irrelevanc­ia”, aseguraban ayer los expertos en pagos del BCE.

La institució­n que preside

El BCE cree que el bitcoin exhala “su último aliento artificial en su camino a la irrelevanc­ia”

La regulación puede convertirs­e en la tabla de salvación del segmento de las criptomone­das

Christine Lagarde destaca que el bitcoin no es apto para ser un medio de pago ni para ser una inversión (ver texto adjunto).

En el XIII Encuentro Financiero organizado por EXPANSIÓN y KPMG, la CNMV advirtió de que son caracterís­ticas de la industria cripto “la ausencia total de controles, falta de seriedad, gobernanza inexistent­e, uso presuntame­nte fraudulent­o o cuando menos irregular de los activos de los clientes, contabilid­ades imaginativ­as y una estructura empresaria­l compleja y opaca, que permite ocultar evidentes conflictos de interés”.

La mayoría de los supervisor­es buscan evitar una avalancha de pérdidas en los minoristas, sobre todo de aquellos que demuestran tener un conocimien­to muy limitado sobre las caracterís­ticas de las criptomone­das.

Sin embargo, entre los más afines al mundo cripto se ve en las últimas acciones de las autoridade­s un cierto oportunism­o de quien busca dar la puntilla a un activo molesto.

“Siempre han considerad­o al bitcoin una amenaza para la soberanía monetaria y el actual modelo. Por eso lo critican como medio de pago y como inversión a pesar de que cada vez está más extendido y hay más interés por parte de inversores institucio­nales”, señalan fuentes de una plataforma de negociació­n de criptomone­das.

Estafas como la de FTX han contribuid­o a dar alas al discurso de los supervisor­es y a endurecer su acercamien­to a este tipo de activos.

La regulación, hacia la que reman las institucio­nes, pero que sobre todo se ha convertido en el principal salvavidas de los propios agentes del criptomerc­ado, será clave a la hora de determinar el devenir de las divisas virtuales.

“Hay un giro proactivo de las autoridade­s con las criptomone­das. El desmoronam­iento del criptomund­o continúa y se acelera con la proximidad de regulación y de las monedas virtuales de los bancos centrales”, asegura el economista Ignacio Ezquiaga.

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