Retrasos en el Perte agroalimentario dejan en vilo al 10% del PIB
El Perte Agroalimentario fue aprobado por el Consejo de Ministros del pasado 8 de febrero bajo la expectativa de movilizar 1.000 millones de euros de los fondos europeos antes de finales de este año y otros 800 millones después. A día de hoy, las empresas del ramo siguen esperando la publicación de las bases que fijen las condiciones definitivas para acceder a los recursos comunitarios, que vuelve a demorarse respecto al último plazo anunciado por el Gobierno que comprometía su lanzamiento en la segunda quincena de noviembre. El sector, que supone cerca del 10% del PIB español, vive ahora expectante ante la posibilidad de que el Perte Agroalimentario logre impulsarse antes de final de año. Aunque el sector primario, que emplea a 2,3 millones de personas, fue uno de los más resistentes a la pandemia (cedió un 3% frente al desplome del 11% del PIB en 2020) hoy es uno de los más castigados ante el alza de precios de fertilizantes, cereales, carburantes, o de la energía y los precios en general que ha agravado la guerra en Ucrania, por lo que la llegada de los fondos europeos se vive con expectación. La industria agroalimentaria española es la cuarta mayor de toda la Unión Europea y aunque cuente con gigantes como Mercadona está formada mayoritariamente por pymes (unas 30.500, el 96% del total) por lo que muchas han comenzado a agruparse para poder optar a las ayudas europeas, como las seis decenas de firmas del proyecto Spain Food Valley o las más de un centenar del ecosistema EcoFood2023. Mientras, sin embargo, crecen las voces que denuncian de que las ayudas podrían acabar llegando demasiado tarde para muchas empresas, como alerta Vitartis, la Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León.