CLAVES PARA QUE LAS COMPAÑÍAS ALCANCEN ESTAS MEJORAS
La nube, que se trata de un elemento fundamental para la interoperabilidad, ya es omnipresente. Cada vez son más las compañías que comienzan trasladando sus aplicaciones a la nube e invirtiendo en otras basadas en el ‘cloud’. La importancia de la nube, que muchos ejecutivos ajenos al sector tecnológico aún no terminan de comprender, reside en su escalabilidad y en la facilidad para conectar los datos y las experiencias entre las distintas aplicaciones, creando una única versión de la realidad para la organización. El estudio de Accenture revela que alrededor del 72% de las empresas con interoperabilidad alta o media ha adoptado la nube pública y ya ha migrado casi un tercio de sus datos y cargas de trabajo. Estas compañías también utilizan la nube para cambiar su forma de trabajar. Con la intención de estandarizar y simplificar procesos, buscan obtener información en tiempo real y elevar la agilidad. Este nivel de interoperabilidad rompe los silos organizativos y crea un hilo conductor para que las iniciativas de cambio fluyan hacia toda la organización en paralelo y a gran velocidad.
La denominada tecnología componible hace referencia a aquellos conjuntos de funciones empaquetadas e interconectadas de eficacia demostrada que pueden ser configuradas y reconfiguradas a gran velocidad para hacer frente a las necesidades cambiantes en las empresas. Este tipo de tecnología potencia la flexibilidad en el corazón de las organizaciones, permitiendo que puedan hacer frente a la disrupción a través de una transformación mejor, más rápida y barata. Para conseguirlo, es necesario evolucionar desde una arquitectura tecnológica de piezas estáticas e independientes hacia otra de piezas componibles. En la práctica, esto implica la utilización de soluciones preconstruidas e interoperables. En cualquier caso, el principal beneficio de la tecnología componible es el análisis e intercambio de datos. Con la información que fluye entre las aplicaciones conectadas, las empresas pueden compartir datos con facilidad para que todas las personas en la organización se encuentren alineados, dando lugar a un propósito común y facilitando la toma de mejores decisiones.