Europa: ¿Continente olvidado u oportunidad?
El S&P 500 ha superado al Stoxx Europe 600 (Net Return) en más de un 400% desde el punto más bajo de la crisis financiera en marzo de 2009. El mercado bursátil estadounidense también se sitúa por delante del europeo este año, pero hay indicios de que está empezando a recuperar terreno. Los mercados europeos se han comportado claramente mejor en los últimos meses y hay buenas razones para creer que el cambio de tendencia será a largo plazo.
Europa ha sufrido una década difícil. Después de que los bancos sobrevivieran a la crisis financiera, aunque con cicatrices, sobrevino la crisis del euro. Reino Unido votó a favor de abandonar la Unión Europea en 2016 y este año hemos sufrido la guerra en Ucrania, las tasas de inflación más altas desde la introducción del euro y la preocupación por el abastecimiento energético.
A pesar de todo, los europeos han sabido gestionar sus crisis. Gracias a la determinación y la solidaridad, los debilitados países periféricos del sur pudieron recuperarse. Incluso durante la pandemia del Covid-19, Europa se mantuvo unida y retomó una trayectoria de crecimiento dinámico tras el bache económico de 2020. Este año, el continente actuó con rapidez y pragmatismo tanto en la ayuda a Ucrania como en el apoyo a sus ciudadanos para suavizar el impacto y el encarecimiento de la energía.
La dependencia del gas ruso ha sometido a los mercados de renta variable europeos –particularmente, el alemán– a una considerable presión a lo largo del año. Gracias a la adopción de medidas decisivas y pragmáticas, las instalaciones de almacenamiento de gas de toda Europa se llenaron con suficiente probabilidad para garantizar el suministro de gas durante los meses de invierno y más allá. Asimismo, Europa quiere reducir en gran medida su dependencia de Rusia en el futuro y, posiblemente, incluso independizarse del suministro de gas ruso.
Los retos a los que se enfrenta Europa y su baja rentabilidad, especialmente en relación con Estados Unidos, han dado lugar a amplios diferenciales de valoración. En cuanto a la relación precio-beneficio, el mercado de renta variable europeo cotiza a unas 12 veces, mientras que el estadounidense lo hace a 17 veces. También en cuanto a la rentabilidad por dividendos, Europa, con un 3,6%, es mucho más atractiva, mientras que los inversores de Estados Unidos tienen que conformarse con sólo un 1,8%.
Europa, mejor que EEUU
El entorno de los tipos de interés favorece a Europa, ya que las subidas de tipos del BCE han sido mucho más moderadas que las de la Fed, con lo que las empresas europeas se ven menos afectadas por la subida de los tipos de interés que sus homólogas estadounidenses. Lo mismo cabe decir de los consumidores, tradicionalmente más endeudados en Estados Unidos y que ahora podrían haber perdido mucho poder adquisitivo debido a la fuerte subida de los tipos de interés.
La evolución de las divisas también es un punto a favor para Europa,
ya que la debilidad del euro hace más competitivas a las empresas exportadoras. Además, los ingresos obtenidos en divisas aumentan los beneficios en el extranjero.
Por último, las bajas valoraciones en Europa brindan oportunidades prometedoras, sobre todo a los cazadores de valores, ya que incluso las empresas competitivas y bien gestionadas cotizan ahora a precios de ganga. La estrategia bursátil más prometedora a largo plazo es comprar empresas bien gestionadas y en crecimiento a precios atractivos. Pero en la mayoría de los casos sólo cuando el pesimismo es elevado y prevalece el escepticismo.
Este es actualmente el caso de Europa, ya que muchos inversores han dado la espalda al continente. Sin embargo, es en estos momentos en los que suelen ser los mejores para entrar en el mercado.
Muchos inversores han dado la espalda a Europa, pero estos momentos son los mejores para apostar