Excesivo optimismo en las previsiones
Precios al alza, crisis energética, tipos de interés más altos y guerra en Ucrania. Dadas estas circunstancias, los mercados europeos lo hicieron bien bajando sólo un 10% el año pasado, usando como referencia el índice bursátil Stoxx 600 Europe. Esta podría ser una de las razones por las que los inversores se muestran peligrosamente autocomplacientes sobre las perspectivas de beneficios a medida que los costes siguen aumentando y las economías se ralentizan.
El sorprendente poder de generación de beneficios de algunas de las mayores empresas del continente les ha dado confianza. Grupos como el gigante del lujo LVMH, la farmacéutica Novo Nordisk y la energética TotalEnergies han sobresalido. Hicieron subir los beneficios por acción del mercado un 20% el año pasado.
El consenso actual prevé que los beneficios por acción del Stoxx 600 se mantengan estables durante los próximos 12 meses. La previsión coincide en líneas generales con la de los economistas que creen que la eurozona sufrirá una leve recesión, con una caída de la producción de sólo el 0,1% este año. Las previsiones parecen optimistas, dados los límites para las nuevas ayudas de gobiernos y bancos centrales.
Según Citi, las valoraciones actuales de la UE contemplan un descenso de los beneficios de alrededor del 15%. Esta cifra contrasta con las caídas del 35% y el 21% registradas durante la pandemia y la crisis de la deuda europea. Una valoración baja ofrece un colchón cuando comienza la recesión. Sin embargo, si el próximo descenso de los beneficios vuelve a la media del pasado del 35%, los precios de las acciones podrían caer otro 25%.
Ante la previsión de que las subidas de tipos continúen durante gran parte del año, el value seguirá siendo el estilo de inversión dominante. La advertencia es que la última vez que los tipos de interés subieron en Europa, no mucho después se produjo una crisis financiera.