Expansión Nacional

Lula sofoca una intentona golpista que añade incertidum­bre a su mandato

ATAQUE A LA DEMOCRACIA BRASILEÑA/ Una turba de seguidores de Bolsonaro asaltó el domingo el Congreso, la sede de la Presidenci­a del país y la Corte Suprema. La revuelta fue sofocada, pero refleja la polarizaci­ón extrema del país.

- Amaia Ormaetxea.

La Policía brasileña consiguió sofocar ayer el intento de golpe de Estado que miles de seguidores del expresiden­te ultraderec­hista Jair Bolsonaro intentaron instigar el domingo asaltando de forma coordinada y violenta las sedes en Brasilia del Congreso, la Presidenci­a y la Corte Suprema, las tres máximas institucio­nes democrátic­as del país, que sufrieron graves daños. En ese momento el mandatario brasileño no se encontraba en la capital del país, sino en Sâo Paulo, de viaje oficial.

La intención de los asaltantes era instigar un levantamie­nto militar contra el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, cuyo mandato comenzó el uno de enero. Bolsonaro aún no ha aceptado la victoria del líder izquierdis­ta en las elecciones presidenci­ales de octubre y muchos de sus seguidores (le votaron casi la mitad de los brasileños) consideran que Lula es un presidente ilegítimo que “robó” las elecciones.

La Policía detuvo ayer a cientos de personas presuntame­nte involucrad­as en los ataques, que se sucedieron en una secuencia de acción muy parecida a la del asalto al Capitolio de Estados Unidos (EEUU), que se produjo en la jornada del 6 de enero de 2021. Ambos ataques tuvieron el mismo detonante: un expresiden­te de la derecha extrema que no reconoce su derrota, que denuncia que las elecciones fueron amañadas y que instiga a sus seguidores para protestar contra el vencedor.

Al igual que hiciera entonces el expresiden­te Donald Trump, Bolsonaro –desde Orlando, en EEUU– reprobó los ataques con tibieza. “Las manifestac­iones pacíficas, dentro de la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, el vandalismo y las invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicada­s por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla”, manifestó el exmandatar­io en sus redes sociales.

La intentona golpista en Brasil provocó ayer reacciones de rechazo en todo el mundo, desde Moscú hasta Pekín, pasando por Ankara. En España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, alertó de que la mayor amenaza actual a las democracia­s la constituye “el resurgir de movimiento­s ultra dispuestos a arrollar con todo”. Desde la oposición, el presidente del Partido Popular, Alberto Núnez Feijoo, destacó la necesidad de no ceder “ante los populismos”, mientras que la secretaria general de la formación, Cuca Gamarra, reprochó a Sánchez que este tipo de acciones en España serían ahora “un simple desorden público” –tras la reforma del delito de sedición– lo que provocó el enfado del Ejecutivo.

A nivel global, destacaron ayer los apoyos que recibió Lula desde el Kremlin o Roma. “Moscú condena rotundamen­te las acciones de los instigador­es de los desórdenes en Brasil”, dijo el portavoz de la Presidenci­a rusa, Dmitri

Peskov. Pocos días antes de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el 16 de febrero de 2022, Bolsonaro visitó Moscú y se reunió con Putin a quien le mostró su “solidarida­d”.

En Roma, la primera ministra y líder de la ultraderec­ha italiana Giorgia Meloni, también se mostró tajante; calificó de “inaceptabl­e e incompatib­le con cualquier forma de disidencia democrátic­a” la invasión de las principale­s sedes institucio­nales de Brasil. En esa misma línea, el gran partido de la extrema derecha francesa, Agrupación Nacional (RN), condenó ayer los ataques en Brasilia. El nuevo pre

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Imagen de la turba de seguidores de Jair Bolsonaro que atacó el domingo en Brasilia la sede del Congreso del país.

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