Ayuso sube su órdago fiscal para ingresar más
La Comunidad de Madrid no sólo se defenderá en los tribunales de las maniobras del Gobierno de Pedro Sánchez para revertir sus rebajas fiscales. También tratará de impedir, utilizando su capacidad normativa en materia tributaria, la pérdida de contribuyentes de la región a consecuencia de la entrada en vigor del impuesto a las grandes fortunas, creado por PSOE y Podemos para dejar sin efecto las bonificaciones del 100% en el Impuesto de Patrimonio aprobadas por Madrid, Andalucía y la Región de Murcia. El objetivo es captar del extranjero patrimonios que compensen a nivel recaudatorio la huida de contribuyentes que la Comunidad de Madrid teme que se va a producir por la política fiscal de Sánchez. A tal fin, va a poner en marcha una novedosa deducción en el IRPF del 20% para todo tipo de inversiones realizadas por no residentes en España que fijen su residencia en la región. Un tratamiento fiscal del que podrán beneficiarse también los ciudadanos españoles que hayan residido durante al menos los últimos cinco años fuera de nuestro país. Más distintivo aún es que se podrán deducir las inversiones realizadas fuera de España, salvo en inmuebles, siempre que mantengan la residencia fiscal en Madrid. Lo cual sitúa a la comunidad en condiciones de competir con los territorios que tienen un tratamiento fiscal más atractivo para los inversores, como Portugal. Igualmente singular es que la deducción será diferible durante los seis ejercicios siguientes a realizar las inversiones, a diferencia del plazo habitual de cuatro años para cuestiones tributarias. Se trata por ello de una estrategia ingeniosa que, además de demostrar que pese a las zancadillas de Hacienda todavía tiene capacidad para reducir la presión fiscal en la región, Madrid podrá reforzar su posición como principal polo de captación de talento e inversiones hacia nuestro país. Y también demostrar que, al contrario de lo que defiende el Gobierno, es posible incrementar los ingresos fiscales con una tributación baja que permita elevar las bases imponibles. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, criticó la estrategia de “bajar impuestos tan rápido como sea posible” porque, a su criterio, provoca una competencia destructiva, pero la evolución de los indicadores de crecimiento, generación de empleo e inversiones de la comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso muestran lo contrario. Madrid recauda más y también contribuye más que nadie a los fondos de solidaridad autonómicos.
La nueva deducción en el IRPF permitirá a Madrid reforzar su capacidad de atraer talento e inversiones