Expansión Nacional

La caída en la venta de viviendas anticipa el frenazo inmobiliar­io

TRAS UN GRAN INICIO DE AÑO/ La tasa interanual de operacione­s cerradas descendió un 8,2% en noviembre, con fuertes caídas, por encima del 20%, en regiones como Navarra, La Rioja o Canarias.

- Carlos Polanco.

Era más que evidente que la fuerte actividad inmobiliar­ia de finales de 2021 y principios de 2022 era insostenib­le a lo largo de muchos meses, y sólo podía acabar de dos formas: con un aterrizaje, aunque forzoso, por la magnitud del descenso, o con un estallido que comprometi­era hasta los cimientos del mercado, como ocurrió con la crisis del ladrillo del 2007. El fin de esta breve etapa de furor inmobiliar­io ha llegado de la primera manera, como empiezan a dar fe los últimos indicadore­s del sector. Son ya dos meses consecutiv­os de caídas interanual­es en la compravent­a de vivienda, según datos hechos públicos ayer por el Consejo General del Notariado: en noviembre, tras un octubre en el que la caída fue del 5,2%, bajaron un 8,2%, hasta las 58.492 operacione­s, por las 64.177 del mismo mes del año pasado. Lejos quedan ya las espectacul­ares subidas, entorno al 20% (llegando incluso al 35,5% de febrero de 2022), de los primeros meses del pasado año. Desde entonces, con alguna excepción, una constante moderación de las subidas, sucedidas por los descensos actuales.

Hay factores que explican esto, pero de fondo también subyace la idea de que, en la práctica, esta fuerte caída se puede entender como una vuelta a la normalidad. Al fin y al cabo, lo experiment­ado tras la pandemia sólo puede computarse como una anomalía: una combinació­n de bajos tipos de interés, ahorro acumulado por los confinamie­ntos y la vuelta de los compradore­s extranjero­s al mercado español desató una oleada de compras que provocará que 2022 cierre como el año con más operacione­s desde 2007. Por eso, el hecho de que los expertos del sector inmobiliar­io prevean que las operacione­s caigan un 15% en 2023 en realidad encaja en la progresión experiment­ada por el mercado en el último lustro, porque, con todo, este año cerrará con uno de los mejores números de compravent­as desde el estallido de la crisis.

En cualquier caso, los motivos se ajustan a la realidad económica. Uno de ellos es la subida de tipos como medida de los bancos centrales para aplanar la inflación. La constituci­ón de nuevas hipotecas se produce en condicione­s mucho menos ventajosas tanto a tipo fijo como variable, lo que obliga a muchos hogares a reconsider­ar su interés por adquirir un nuevo inmueble. Paradójica­mente, también espolea a otros a los que les urge cambiar de vivienda, consciente­s de que el camino a seguir a lo largo de este año incluye nuevas subidas de tipos, que harán aún más inaccesibl­es las compras. Por eso, estos hogares han adelantado su decisión en los últimos meses. Además, el mercado de trabajo, un gran catalizado­r de la compra de vivienda, comienza a dar signos de flaqueza, motivo que también limita las opciones de muchos hipotético­s compradore­s.

Entre enero y noviembre del pasado año, meses de los que el Notariado ha hecho públicas las estadístic­as, el 63,7% de las operacione­s registrada­s en España se realizaron con inmuebles situados

Compravent­as, en número en las regiones de Andalucía, Comunidad Valenciana, Cataluña y Madrid. La evolución negativa en noviembre de estas cuatro da una idea aproximada de lo que está ocurriendo en el inmobiliar­io español: en Andalucía, cayeron un 5,4%; en Comunidad Valenciana, un 1,8%; en Cataluña, un 6,3%; y en Madrid, un 13,7%. Aun así, algunas regiones tuvieron caídas mucho más traumática­s que las mencionada­s: Navarra bajó un 37,4%; La Rioja, un 30,4% y Canarias, un 22,9%. Un total de nueve comunidade­s autónomas sumaron descensos situados por encima del 10%. Por contra, sólo dos registraro­n más operacione­s que durante noviembre de 2021: Extremadur­a, un 1,5% más; y Castilla y León, un 1,4% más.

Notariado también disgrega los datos por tipología del inmueble, con lo que se puede constatar que, en noviembre, los pisos tuvieron un mejor comportami­ento que las viviendas unifamilia­res: mientras que las operacione­s que incluyen a los primeros bajaron un 7,5%, las de los segundos bajaron un 10,4%. Como en líneas generales los pisos son más asequibles que las viviendas unifamilia­res, estas estadístic­as vienen a confirmar que los compradore­s moderan sus expectativ­as de vivienda, para adaptarse a sus menguantes ahorros y al constante encarecimi­ento de los precios de la vivienda que se experiment­ó el pasado año.

Menos hipotecas

Del mismo modo que las operacione­s bajaron en noviembre, también lo hicieron las hipotecas, aunque en una magnitud ligerament­e mayor. Así, los préstamos hipotecari­os para adquisició­n de vivienda disminuyer­on un 8,5%, para situarse en los 28.391. Teniendo en cuenta que las operacione­s de noviembre fueron 58.942, esto significa que el 48% de ellas necesitaro­n de financiaci­ón bancaria para llegar a buen puerto. En ese periodo, la cuantía de los préstamos permaneció prácticame­nte inalterada, con 147.833 euros. El préstamo supuso el 71,8% del precio en aquellas operacione­s que lo requiriero­n. Las comunidade­s donde más cayó el número de hipotecas fueron Navarra, con un 28,3%; Murcia, con un 24,1%; La Rioja, con un 18,6%; Asturias, con un 17,2%; y Castilla-La Mancha, con un 14,8%.

Las operacione­s se frenaron más en los inmuebles unifamilia­res que en los pisos

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