El Banco de España alerta del freno en el turismo a causa del deterioro económico europeo
El sector turístico español, que aporta al total de empleos y de actividad económica por encima del doble dígito, afronta un 2023 con numerosas amenazas. Entre ellas, la incertidumbre sobre el efecto que tendrá en el desempeño turístico la situación económica global. El Banco de España publicó ayer un informe en el que ponía cifras a esta incertidumbre. En concreto, proyecta dos escenarios en los que simula una depreciación de la libra, así como un descenso del PIB europeo y de Reino Unido, primer país emisor de turistas hacia España, en línea con las proyecciones de la Comisión Europea: así, explica el texto del Banco de España, “las exportaciones de turismo podrían caer en torno a 0,3 puntos porcentuales ante la depreciación de la libra, mientras que, ante un deterioro del crecimiento del PIB en la UE y Reino Unido, disminuirían alrededor de 1,8 puntos. Ambos descensos tendrían un impacto relativamente significativo sobre la senda de crecimiento de las exportaciones de turismo que se anticipa para el próximo año”.
Como principal motivo para esta contracción se encuentra que, a juicio de la institución, los “factores desfavorables” tendrán más peso en los próximos meses que los que soportan la demanda, que “previsiblemente perderán vigor”. De este modo, enumera cómo la evolución de la guerra y sus consecuencias, el deterioro económico de los principales países emisores de turistas (Reino Unido y Alemania) y la desaparición del ahorro de los hogares por culpa de la inflación dejarán su impronta, y de hecho, ya ha comenzado a hacerlo: “Podrían estar comenzando a plasmarse en la evolución más desfavorable en octubre de las pernoctaciones hoteleras de británicos y alemanes”. Frente a esto, la demanda embalsada y el ahorro acumulado durante la pandemia disminuirán.
El informe destaca que en España la evolución del turismo es “heterogénea”: la recuperación del turismo de negocios es mayor que la del de ocio, el turismo con paquete de viajes (que tiene más gasto medio) se recupera más lentamente y el alojamiento hotelero mejora más que el extrahotelero, sobre todo los establecimientos más caros.
La demanda y el ahorro embalsados perderán vigor a lo largo de los próximos meses