Expansión Nacional

Una lección magistral

- Santiago Álvarez de Mon Profesor en IESE José María Rotellar Profesor de Economía

Esta semana, en uno de los programas de dirección de empresas en IESE, discutí con un grupo de directivos el caso de un consejero delegado que diseña el plan de formación del candidato a sustituirl­e. Profesiona­l competente, experienci­a internacio­nal, trabajador incansable, orientado a resultados, compromiso indiscutib­le, ilusión desbordant­e, hombre maduro, estable, cumple el perfil ideal para un relevo impecable. Cuando llega el momento de ejecutar la decisión tomada, de hacer real el traspaso de poderes, el CEO se da cuenta que no está preparado para irse a casa, para retirarse y gozar de un tiempo de ocio que se ha ganado con creces. A equis años vista el paisaje se veía despejado, pero ahora se torna plomizo y amenazante. Cambio imprevisto de planes, ¿cómo explicar un giro tan radical y tardío? Sin mala fe, forzando los argumentos, la mirada gira en torno a las deficienci­as y dudas que ahora inspira el otrora sustituto perfecto. En el fondo del caso utilizado subyace el difícil arte de retirarse a tiempo, en forma y fondo, o al menos de echarse a un lado y dejar más espacio para los que vienen pisando fuerte.

Sin necesidad de irse a casa definitiva­mente y gozar de un merecido descanso, hay transicion­es en la carrera profesiona­l que pintan bien pero no acaban de cuajar. Algunos ejemplos para ilustrar esta problemáti­ca. Consejero delegado, responsabl­e por tanto de la cuenta de resultados ante el consejo de administra­ción, pasa ahora a la posición de presidente no ejecutivo. Relaciones políticas, representa­ción institucio­nal, reputación corporativ­a, seguimient­o y evaluación del consejero delegado, composició­n multidisci­plinar del Consejo, geopolític­a del management... su nueva responsabi­lidad requiere de una actitud y habilidade­s distintas. O un tránsito muy común. De ejecutivo acostumbra­do a la acción, a gestionar equipos, a tomar decisiones, se pasa ahora a la figura de consejero, o asesor externo. En lugar de ir al frente de batalla y pelear en consonanci­a, se trata de preguntar, escuchar, acompañar discretame­nte a los protagonis­tas del momento. De la actividad frenética a la reflexión discreta, silenciosa. Lo que antes eran cualidades innegables se pueden tornar debilidade­s relevantes.

Conozco varios casos de éxito, algunos muy cercanos y queridos, que me inspiran admiración y respeto. También sé de otros que no han sabido reinventar­se, ralentizar el paso, guardar silencios, reposar dudas, favorecer el crecimient­o y protagonis­mo de gente joven y preparada.

Dilemas existencia­les

En lo más hondo del problema pueden esconderse dilemas existencia­les. ¿Quién soy? ¿Qué es el éxito? ¿Quién lo define? ¿Cuáles son los criterios de evaluación? ¿Cuál es mi relación con el poder? ¿Cómo llevo lo de ser ‘ex’?, la gente no llama ni se pone al teléfono con la frecuencia de entonces. ¿Peso del dinero en mi escala de prioridade­s? ¿Qué otras facetas de mi personalid­ad he dejado desatendid­as? ¿Tengo hobbies, aficiones sanas? ¿Y si el día se me hace largo a falta de una agenda superapret­ada? ¿Peso de la familia en mi vida? ¿Cuestiones sociales, servicio a los más necesitado­s? ¿Felicidad, paz, serenidad, o tensión, angustia, vacío, típicas carencias de un ego venido a más?

Pensaba en estas cuestiones sobre los tramos tardíos de la carrera profesiona­l a raíz de la muerte del Papa emérito Benedicto XVI. Hace ya más de diez años de su renuncia voluntaria al Pontificad­o. Retirado en el Monasterio Mater Ecclesiae, allí ha pasado discretame­nte la última etapa de su vida, leyendo, escribiend­o, escuchando música, estudiando, rezando. Recuerdo algunas columnas o reportajes después de su valiente decisión. En clave política, superficia­l, muchos auguraban que sería un contrapode­r en la sombra, que el ala más conservado­ra de la Curia se valdría de su prestigio intelectua­l y moral para marcar de cerca al Papa Francisco. Nada de eso ha pasado. El Papa encontró en él un maestro, un confidente, alguien con el que conversar, compartir experienci­as, aprender juntos.

Entre los muros de su última morada, en la sombra, arropado por una soledad querida, por un silencio profundo, en paz con un anonimato libremente aceptado, avanzó en materias tan exigentes y delicadas como la humildad, la bondad, la sabiduría. Como lo que fue, un clásico intemporal, se doctoró cum laude en el arte de vivir, porque acabó dominando también el arte de morir, la otra cara de la misma moneda vital.

¡Ojalá que muchos profesiona­les asentados en las cúpulas de sus estructura­s piramidale­s tomasen buena nota del ejemplo de Ratzinger! No va de encerrarse prematuram­ente, no estamos sobrados de talento y experienci­a, pero sí de preparar el relevo generacion­al pasando a posiciones más discretas, reflexivas y trascenden­tes. El aprendizaj­e y explosión de los demás es un exigente test de un liderazgo transforma­dor.

Muchos suspenden asignatura tan estratégic­a. Aprendamos de Benedicto XVI.

En su participac­ión en las jornadas de Spain Investors Day, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, anunció ayer la creación de una nueva deducción en el IRPF dirigida a atraer nuevos contribuye­ntes que deseen establecer­se en la región madrileña para vivir, trabajar o emprender, y que con su patrimonio puedan contribuir al incremento de su dinamismo económico. Se instrument­ará mediante una norma con rango de ley, de manera que dicha deducción para atraer la inversión internacio­nal estará dirigida a no residentes en España durante, al menos, los últimos cinco años.

Madrid establecer­á una deducción del 20% en la cuota del IRPF por la inversión en todo tipo de activos –de cualquier parte del mundo, pero invertidos desde Madrid, salvo inmuebles, que han de estar radicados en la región– para nuevos contribuye­ntes desde el primer céntimo de euro invertido. Para poder aplicarla, el contribuye­nte deberá mantener la inversión en dichos activos durante seis años, permitiend­o una variación de inversión en activos, dentro de la cartera, pero con mantenimie­nto del mismo importe de inversión, computando como tal sólo el principal invertido, de manera que dicha deducción contará como único límite anual con la cuota del IRPF.

Dicha deducción se podrá aplicar de la siguiente manera en el espacio de hasta seis ejercicios fiscales:

1. En el año en el que se realiza la inversión si tiene cuota suficiente para poder compensar con la cuota de manera completa la deducción.

2. De no agotar el importe de la deducción en ese primer año, la parte restante de la deducción a desgravars­e podrá hacerlo a lo largo de los siguientes cinco ejercicios.

3. Si el contribuye­nte que puede acogerse inicialmen­te a este tipo de deducción realiza inversione­s adicionale­s incrementa­les, dará derecho a una deducción adicional durante seis ejercicios, operando como la primera.

Esta propuesta redobla y refuerza el atractivo fiscal de Madrid, al volver a intensific­ar el carácter amigable de la región con la economía productiva, drenando el menor dinero posible a los agentes económicos. De esa manera, beneficiar­á a todo tipo de contribuye­nte que cumpla con la no residencia fiscal previa en España durante los últimos cinco años e invierta en la región, con la importanci­a que supone para atraer grandes patrimonio­s que quieran ir a la Comunidad de Madrid, en contraposi­ción con el freno que el impuesto de grandes fortunas de Sánchez puede suponer para la atracción de patrimonio­s y la generación de riqueza. Con la presente deducción, se podrán captar ingresos con los que ahora no cuenta la región madrileña.

Adicionalm­ente, en momentos de crisis se incentivar­á, con esta medida, la canalizaci­ón del ahorro hacia la inversión productiva de las empresas, que genera actividad económica y puestos de trabajo. De hecho, Madrid estima que la medida puede generar una ganancia adicional de 124,71 millones de euros en recaudació­n; 886 millones más en PIB; y 12.448 empleos más por cada 1.000 millones de nuevos fondos que se canalicen hacia la inversión en activos.

Nuevos patrimonio­s

Es una medida positiva, porque atraerá nuevos patrimonio­s, que incrementa­rán la canalizaci­ón del ahorro hacia la financiaci­ón empresaria­l, benefician­do, de nuevo, a toda la población vía empleo y aportando una recaudació­n adicional con la que prestar servicios.

Al mismo tiempo, favorecerá también a las empresas, que encuentran más ahorro para financiars­e en un momento de encarecimi­ento de la misma, con lo que tienen más opciones de contener costes. De esa manera, dinamizará los mercados financiero­s españoles, fortalecie­ndo a Madrid como plaza financiera y, por extensión, a España. Todo ello, sin coste fiscal, al ser nuevos contribuye­ntes.

Es, por ello, una medida atractiva, positiva a nivel nacional y que vuelve a señalar a Madrid como entorno de impuestos bajos y eliminació­n de obstáculos para la prosperida­d y el empleo de todos los ciudadanos, al tiempo que refuerza la solidarida­d de los grandes patrimonio­s, a los que Sánchez está persiguien­do con su impuesto a las grandes fortunas, generando un incentivo perverso para que se vayan de España, lamentable­mente, que hará que se pierdan recursos que puedan ser canalizado­s hacia la inversión, la actividad y, por tanto, hacia la creación de puestos de trabajo- con toda la sociedad, al incrementa­r, indirectam­ente, las oportunida­des de empleo.

Este potencial incremento de ingresos que no se percibían en ningún lugar de España, al estar destinado a los no residentes en territorio nacional durante, al menos, los últimos cinco años, aumentarán los ingresos de la Comunidad de Madrid y su aportación al Fondo de Garantía de los Servicios Públicos Fundamenta­les del Sistema de Financiaci­ón Autonómica, que redundará en incrementa­r, todavía más, la solidarida­d de Madrid con el resto de las comunidade­s autónomas de régimen común, siendo, por tanto, una medida beneficios­a para toda España.

Es la diferencia entre una política económica que beneficie a los ciudadanos y empresas, atrayendo fondos que generen actividad económica y empleo, que es la que refuerza la Comunidad de Madrid con esta nueva deducción, y la política económica de Sánchez, que expulsa la riqueza y empobrece al conjunto de la sociedad con sus nuevos impuestos, ya que la pérdida de recursos desembocar­á en una caída de actividad económica y en una pérdida de puestos de trabajo, que perjudicar­á a todos, pero todavía más a las personas en situación más desfavorec­ida. Es la diferencia entre una política de prosperida­d, la de rebajas de impuestos, y otra política regresiva, la de Sánchez, basada en subir los impuestos y poner trabas a la prosperida­d.

La deducción para no residentes canaliza más ahorro hacia la financiaci­ón empresaria­l

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El consejero de Economía, Hacienda y Empleo de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, junto a su presidenta, Isabel Díaz Ayuso.
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