Hacia un retorno de solo el 3,5%
Uno de los grandes atractivos del capital riesgo para los fondos de pensiones en los últimos años ha sido la sustancial rentabilidad generada por esas posiciones, compensando sobre todo los magros cupones que venían dando los bonos. Pero según AllianceBernstein, el aumento de los costes de financiación puede provocar un significativo descenso de las ganancias que deja el private equity a sus limited partners
(LPs, o inversores de los fondos). En su escenario central, la rentabilidad neta futura (después de las comisiones que se llevan los general partners, o gestores de los fondos) se quedará en el 3,5% anual, similar al que se espera para la Bolsa. “Los costes de financiación son una gran fuente de incertidumbre para el capital riesgo”, argumenta AllianceBernstein. “Durante los últimos diez años, se han beneficiado de un declive estructural en los tipos de interés y el coste real de la deuda. Esta tendencia va a ahora en dirección contraria”. Como alternativa, esta firma cree que las pensiones podrían poner más dinero en infraestructuras, deuda privada o inmuebles.
En todo caso, el mercado no espera que el sobrepeso en el private equity de los fondos de pensiones lleve a una venta de parte de estas carteras. Normalmente, esas instituciones permiten una horquilla de desviación respecto a su objetivo de reparto de activos, siempre que no se prolongue muchos años.
Además, hay varias soluciones para esta cuestión, además de frenar la colocación de nuevo capital en los fondos de la industria.
Los gigantes californianos Calpers y Calstrs, por ejemplo,
han optado por elevar el porcentaje de sus carteras asignado al capital riesgo.
Otra opción es, simplemente, esperar que el mercado corrija la desviación. El año 2023 ha comenzado con aumentos de valoración de acciones y bonos, lo que puede elevar su peso en las carteras. En paralelo, las gestoras de capital riesgo podrían empezar a ajustar a la baja el valor estimado a algunas de sus participadas.
Liquidez y rentabilidad
Además del efecto denominador, otros dos factores pueden limitar el crecimiento de los fondos de capital riesgo. Por un lado, planes de pensiones y aseguradoras temen elevar en exceso su presencia en ese tipo de vehículos por la
falta de liquidez, ya que normalmente el capital queda retenido durante diez años, para dar tiempo a las firmas de capital riesgo a comprar, gestionar y vender empresas.
Según AllianceBernstein, la crisis de liquidez que los fondos británicos de pensiones sufrieron el pasado mes de septiembre puede haber elevado la preocupación por el mantenimiento de una liquidez adecuada.
El segundo elemento es el cambio en las expectativas de rentabilidad. Los bonos han empezado a dar unos retornos que hasta hace un año no ofrecían, y la caída de la Bolsa abre nuevas oportunidades para competir con el private equity.
El entorno dificulta la recaudación de nuevos fondos por parte de Carlyle, Apollo y otras firmas