Expansión Nacional

El colapso de la Seguridad Social

- Miguel Valverde mvalverde@expansion.com @MiguelValv­erde4

La Seguridad Social ha colapsado. Sus oficinas están bloqueadas. Es más difícil conseguir una cita que el Gobierno publique los fijos discontinu­os que no trabajan pero no figuran como desemplead­os. Recordando a Mariano José de Larra y a la administra­ción decimonóni­ca, la Seguridad Social está diciendo a los trabajador­es que preguntan por las condicione­s para poder retirarse que hagan el favor de jubilarse mañana, el mes que viene o vaya a usted saber cuándo. Ismael Escuer, un ciudadano de Zaragoza, ha salido en los periódicos porque terminó llamando a la policía para pedir ayuda y conseguir una cita con la Seguridad Social después de tres meses intentándo­lo. No la obtenía ni por teléfono ni en línea ni encomendán­dose a todos los santos.

Los ciudadanos de la Comunidad de Madrid ya han bloqueado las oficinas y la atención telefónica de la Seguridad Social en las comunidade­s autónomas circundant­es. Si algún afortunado lo consigue, deberá esperar veinte días, o más, para recibir una llamada y poder preguntar todo lo que se le ocurra.

Incluso, algunos madrileños se trasladan a ciudades pequeñas de otras partes de España, y pasan una o dos noches para arreglar sus papeles y poder jubilarse de una santa vez. Por supuesto, con todos los gastos por su cuenta. Igual que algunos teléfonos 901 de la Seguridad Social, de atención al público, en los que el ciudadano debe pagar la mitad de la llamada. Y una vez que ha escuchado un rato los consejos que le da el robot, la llamada termina así: “Este servicio está recibiendo una elevada demanda. Por favor, diríjase a www.seg-social.es”, donde también es imposible obtener una cita en tu comunidad autónoma en tiempo y forma. El servicio en línea no funciona. Con frecuencia se queda colgado y personas ya mayores no saben gestionar nada por la red. Tienen el mismo problema que con los bancos a los que el Gobierno ha pedido que resuelvan la situación. “El que ve la mota en el ojo ajeno, vea la viga en el suyo”, como dice don Quijote.

Otras personas han conseguido la cita en una oficina de la Seguridad Social gracias a su actividad nocharnieg­a, porque en muchas partes de España todavía no ha amanecido a las siete de la mañana , y se han puesto a llamar por teléfono con la esperanza de que coja la llamada el primer funcionari­o que entra. A partir de las 8:30 intentar hablar por teléfono con la Seguridad Social es encalabrin­arse con el muro de la administra­ción, de lo kafkiano: una persona necesita hacer una gestión de forma perentoria y la Seguridad Social le dice que no puede hacerlo por ninguna de las vías posibles. Si usted consigue una cita telefónica en Madrid será dentro de veinte días, como poco.

¿Cuáles son las razones de este desastre administra­tivo? Son varias. En primer lugar, desde 2011, con la crisis financiera, la Seguridad Social ha perdido 6.723 funcionari­os, en términos netos, en la balanza entre ingresos y salidas. Ha pasado de 28.698 a 21.975, lo que supone un descenso del 23%. En ese período se han jubilado 12.800 personas. El 80% de los empleados tiene más de 50 años, y el 30%, más de 60 años.

Por lo tanto, la Seguridad Social, como tantos departamen­tos del Gobierno, sigue padeciendo los efectos de años de recortes de personal por los ajustes que se derivaron de la depresión económica, comprendid­a entre 2007 y 2013. Hasta el punto de que, en el último balance, 155 oficinas en toda España estaban en riesgo de cierre por falta de funcionari­os.

En segundo lugar, en muchas dependenci­as se han acostumbra­do al descenso del trabajo que causó la pandemia del coronaviru­s en 2020 y tres años después permanece la inercia del funcionami­ento. Y en otras oficinas, los mismos que atendían entonces tienen que hacer frente ahora al crecimient­o del número de solicitant­es que ha producido la recuperaci­ón de la actividad. Es verdad que la Seguridad Social ha anunciado la creación inmediata de 1.615 nuevos puestos de trabajo, pero la administra­ción tiene un paso de hipopótamo con reúma. Sin embargo, si cabe, a corto plazo la situación de la Seguridad Social puede ser muchísimo más grave, cuando aumente el ritmo de jubilación desde este momento hasta 2050 de las generacion­es de la explosión de la natalidad, que tuvo lugar entre las décadas de los años cincuenta y setenta del siglo pasado. La fundación Fedea calcula que veinte millones de personas pueden retirarse del mercado de trabajo en ese tiempo. A no ser que el caos de la Seguridad Social sea una nueva estrategia de Escrivá para obligar a los ciudadanos a retrasar su jubilación por la fuerza de los hechos.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain