Un análisis riguroso del coste de los alimentos
La reunión del observatorio de la cadena alimentaria debe arrojar luz sobre las subidas de los precios de los alimentos en enero a pesar de la rebaja del IVA para algunos productos básicos. Frente a la demagogia de la que han hecho gala a lo largo de los últimos días los ministros de Podemos, acusando a la distribución de disparar sus beneficios, se impone un análisis riguroso de las causas de la persistencia del encarecimiento de la cesta de la compra. Sólo así se podrán adoptar medidas que realmente sean eficaces para mitigar el aumento del coste de los alimentos en nuestro país. Aprobar subsidios al precio de los mismos o intervenir los márgenes de las empresas comerciales antes de conocer la visión de todos los actores que forman parte de la cadena alimentaria no servirá para solventar un problema con múltiples causas: el alza de los insumos, el estrechamiento de la rentabilidad o los mayores costes laborales por las fuertes subidas del salario mínimo y las cotizaciones aprobados por el Ejecutivo. A estas alturas, no hay soluciones mágicas para relajar a corto plazo las tensiones inflacionistas que han disparado la cesta de la compra desde finales de 2021. Las medidas populistas reclamadas por los socios de Sánchez únicamente servirían para disfrazar el alza real de los precios; eso sí, con un alto coste para las arcas públicas, como sucedió con la subvención generalizada de los carburantes que estuvo en vigor entre abril y diciembre del año pasado. Una medida que además tuvo efectos contraproducentes, como incrementar el consumo de los derivados del petróleo, y, por tanto, las importaciones.