El Banco de España constata un frenazo del PIB latinoamericano
INFORME SEMESTRAL DEL BANCO DE ESPAÑA/ EL PIB regional avanzó medio punto en el segundo semestre de 2022 frente al 1,1% que creció entre enero y junio. China podría suponer un revulsivo este año.
La economía latinoamericana frenó su ritmo de crecimiento en el segundo semestre del año pasado. Si entre enero y junio de 2022 el PIB regional avanzó un 1,1%, entre junio y diciembre ese incremento se redujo hasta el 0,5%, menos de la mitad.
Estos datos certifican que Latinoamérica no fue el año pasado ajena al perjuicio que sufrieron las principales economías del mundo como consecuencia directa de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. La subida de los tipos de interés y la elevada inflación fueron también para América Latina dos problemas económicos de primer nivel durante la segunda mitad de 2022.
Así lo constata el Banco de España en su informe semestral sobre la economía latinoamericana que publicó ayer y en el que analiza la evolución de los principales indicadores económicos de la región entre junio y diciembre del año pasado.
El organismo duda sobre la posible duración de esta etapa de desaceleración. En opinión de los analistas del banco su persistencia “dependerá, entre otros, del endurecimiento de las condiciones financieras globales e internas, de la resistencia del consumo de los hogares y el vigor de la demanda externa”, explica el informe.
El Banco de España también alude a l posible impacto positivo que la reapertura de la economía china podría tener sobre la economía latinoamericana en los próximos meses “dados los estrechos vínculos comerciales y la del gigantes asiático en la dinámica de los precios de las materias primas a escala mundial”.
El análisis del Banco de España coincide con el que ayer mismo publicó Cepal, que señala que Latinoamérica creció aproximadamente un 3,7% en 2022, casi la mitad de la cifra alcanzada en el año anterior (6,75%), lo que refleja, según este organismo dependientes de la ONU, “un agotamiento” del efecto rebote de la recuperación de 2021 y un fuerte impacto de una política monetaria restrictiva, que está trayendo un deterioro del consumo y la inversión.
Precio elevados
Evolución interanual de la inflación general y la subyacente, en porcentaje.
Las previsiones más recientes del consenso de los analistas de cara a 2023 apuntan a que el PIB de América Latina crecerá algo menos del 1%, mientras que en 2024 el avance medio de las principales economías de la región podría situarse cerca del 2%.
Se trata, en todo caso, de un crecimiento débil que no permitirá a la región revertir los efectos negativos de la pandemia que aún perduran, como el aumento de la pobreza o la reducción de la informalidad en el mercado laboral.
En cuanto a la evolución de los precios, la inflación en la región ha ido perdiendo intensidad en los últimos meses aunque, según señala el informe, “todavía persisten tasas interanuales de crecimiento de los precios relativamente elevadas”.
Las previsiones vaticinan una progresiva reducción de los precios durante 2023. Si bien, el informe matiza que la intensidad de este proceso dependerá, entre otros, de la inflación en el sector servicios, que todavía no ha dado “señales claras” de desaceleración, y en los alimentos, cuyo peso es elevado en el consumo de los hogares.
Menor inflación
El Banco de España cree que en las últimas semanas de 2022 la inflación ya comenzó a reducirse en Latinoamérica gracias, principalmente, al descenso de los precios de la energía, “que han pasado a registrar contribuciones negativas a la tasa de crecimiento interanual de los precios”.
El informe señala, no obstante, que se mantiene la considerable contribución de los alimentos a la inflación, que es mayor que en las economías desarrolladas –donde el peso de los alimentos en la cesta de consumo es menor– y que en los países emergentes de Asia.
Según los datos publicados ayer por Cepal, los alimentos se encarecieron el año pasado en América Latina por encima del 19% mientras que los fertilizantes (la mayoría se importan de Rusia) se encarecieron casi un 39%, lo que repercutió negativamente en la carestía de los alimentos básicos.
Las progresivas subidas de los tipos de interés que se han llevado a cabo en los últimos meses por parte de los bancos centrales de la región habrían contribuido a mitigar, en todo caso, las presiones inflacionistas, según creen los analistas del Banco de España.
El informe señala que –a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos o en Europa– los tipos podrían haber “tocado techo” en las mayores economías de la región lo que, en su opinión, llevaría a una progresiva disminución en la segunda mitad del año.
La institución matiza, sin embargo, que esta previsión hay que ponerla en el contexto de una “considerable incertidumbre” que vamos a seguir sufriendo a nivel internacional y que ello condicionará la evolución de las tasas de política monetaria. La evolución del dólar y el camino que tome en los próximos meses Estados Unidos en relación a su política monetaria también será un condicionante que habrá que tener en cuenta.
A su vez, estos elevados tipos de interés están permitiendo que la política fiscal presente actualmente un tono neutral o ligeramente restrictivo en América Latina.
En consecuencia, se está dando una cierta reducción de la ratio de deuda pública sobre el PIB, aunque todavía se mantiene elevada en términos históricos, por lo que continúa siendo una de las principales vulnerabilidades para la región.
En 2023 América Latina apenas crecerá un 1% y en 2024 el avance rondará el 2%