El cambio de pasaporte de Ferrovial
Ferrovial quiere emplear el cambio de sede de España a Países Bajos como trampolín para comenzar a cotizar este año en EEUU, un movimiento meditado que responde al progresivo cambio de perfil de una compañía que comenzó siendo instalador de vías de tren en España en la posguerra para convertirse hoy en uno de los mayores promotores de autopistas de Norteamérica y uno de los grandes inversores privados en aeropuertos del mundo, con Heathrow a la cabeza y, en pocos años, con el emblemático JFK de Nueva York. Son argumentos de peso que sumados a la búsqueda de una mayor notoriedad empresarial y un mejor acceso a financiación justifican la decisión sin precedentes de su consejo de administración. Es probable que la tensión política nacional y la mayor presión fiscal sobre las empresas dictada en los últimos meses por el Gobierno de coalición haya estimulado a Ferrovial para adoptar una medida tan drástica que, a día de hoy, ninguna otra gran corporación española piensa imitar. La compañía lo deja entrever en su argumentario al subrayar que Países Bajos es una economía con un “ordenamiento jurídico confiable”. Es preciso recordar que los grandes fracasos empresariales de Ferrovial se han producido fuera de España, como la quiebra de autopistas en EEUU y la rescisión de contratos en grandes ciudades como Birmingham, entre otros litigios. España ha sido donde Ferrovial ha generado la caja para emprender su carrera de éxito en el exterior, si bien es el mismo mercado que, en la actualidad, se ha quedado pequeño para las dimensiones de una compañía que en 20 años se ha desprendido de su base industrial nacional y la ha trasladado a otros países, especialmente EEUU donde el grupo aspira a mejores oportunidades de inversión y a financiación mas barata. Ferrovial ya no gestiona autopistas en España, vendió su inmobiliaria, la división de servicios y también la actividad medioambiental de Cespa. El cambio de pasaporte sólo era una cuestión de tiempo.