Fair Share
Polarizará los debates de las ‘telecos’ los próximos años
Open Gateway, la red programable. El Mobile World Congress (MWC) de 2023 será recordado, sobre todo, por la creación de Open Gateway, una iniciativa de la GSMA, la patronal mundial de las telecos, a la que se han aliado una veintena de compañías. Estas 21 empresas, entre las que están las cuatro grandes europeas –Deutsche Telekom, Vodafone, Orange y Telefónica– y las tres grandes norteamericanas, suman 3.800 millones de clientes.
Open Gateway pretende cambiar por completo el ecosistema del negocio de las telecos, aprovechando las ventajas tecnológicas que ofrecerán las redes 5G, para convertirlas en redes programables por terceras partes mediante el uso de unos pequeños paquetes de software, denominados API (pequeñas partes de código que ejecutan funciones o capacidades concretas de las redes).
Simplificando mucho, se trata de cambiar de concepto, pasando de una red que es una caja negra, en la que nadie puede intervenir, a dar a los desarrolladores de servicios toda una caja de herramientas para poder ajustar las capacidades y funciones de la red a sus necesidades concretas.
Este concepto, si triunfa, puede cambiar la economía del sector teleco entero. Porque hasta ahora, las redes se venden como un menú fijo, café para todos, y el precio es también fijo y decreciente. Pero Open Gateway pretende que los que las usen puedan comprar las capacidades a la carta, y así siempre se cobra más.
Pero para que esta iniciativa sea un éxito faltan otros dos requisitos: que las herramientas (las API) sean estándares mundiales y que sean fáciles de comprar. Para lo primero se ha creado una entidad, denominada CAMARA, que es un organismo estandarizador de API. Cada una de ellas, logrará que la red de telecos haga algo, pero esa API funcionará igual en todas las redes de todas las telecos del mundo, siempre que la empresa que proporcione la conectividad forme parte de Open Gateway y sus API sean estándar.
Otro de los problemas de los operadores para poner esta iniciativa en marcha es que necesitarán que sus API estándar se puedan adquirir fácilmente y de forma centralizada, para que los que las quieran utilizar en cualquier lugar del mundo no tengan que tratar con decenas de telecos diferentes. Es decir, necesitan intermediarios comerciales que se ocupen de vender esas API en sus supermercados electrónicos. Y que esos distribuidores de API tengan una enorme masa de clientes (los desarrolladores).
Ese papel encaja perfectamente en las capacidades de empresas como Amazon, Microsoft y Google, los tres gigantes del cloud, que son los candidatos más obvios, aunque no los únicos, a ser los supermercados en los que se vendan las API. Uno de los puntos débiles del proyecto es que aún no se sabe cómo se van a repartir esos ingresos adicionales que se lograrán por vender las API a los desarrolladores, y qué parte van a reclamar para sí los gigantes digitales por hacer de supermercado.
‘Fair Share’ o ‘Internet Tax’. Lo que ocurre, además, es que esta iniciativa de Open Gateway surge justo cuando las telecos europeas y los gigantes tecnológicos están empezando a enfrentarse por la llamada Fair Share (o contribución justa), que es como llaman a esta iniciativa las compañías que están a favor de que las Big Tech paguen una parte de sus nuevas redes, ya que el tráfico provocado por las tecnológicas crece exponencialmente y obliga a las telecos a invertir sin descanso y sin ingresos adicionales. La escalada de tensión por este debate entre las telecos y las Big Tech puede dificultar su colaboración alrededor del modelo de Open Gateway.
En cualquier caso, el debate sobre Fair Share ha sido uno de los principales durante el MWC y amenaza con convertirse en el culebrón regulatorio de 2023 y 2024 por lo menos. Los que están en contra, como las tecnológicas, como es lógico, le llaman Internet Tax. Y ya han empezado a contestar. Netflix, que sería uno de los más afectados, señaló durante el MWC que un impuesto como este podría tener un efecto adverso significativo, “reduciría la inversión en contenido, lo que perjudica a los creadores locales, perjudica el atractivo de los paquetes de banda ancha, y en última instancia, daña a los consumidores”, sentenció Greg Peters, co-CEO de Netflix, durante su intervención en el MWC.
Para Peters, “Netflix ha invertido más de 60.000 millones de dólares en contenido en los últimos cinco años. Eso es equivalente a cerca del 50% de toda nuestra facturación en ese período de tiempo. Esa
Open RAN empieza a tener tracción comercial es la parte que nosotros jugamos en crear ese círculo virtuoso: más contenido que lleva a más personas dispuestas a pagar por mejores servicios de banda ancha”.
Comunicaciones satelitales directas al móvil. La posibilidad de poder comunicarse en cualquier lugar sin enfrentarse a los problemas de cobertura es una de las grandes aspiraciones de la telefonía móvil. Y en el último año, ha
Open Gateway venderá las funciones de la red a medida para lograr mayor valor añadido
Las comunicaciones por satélite directas al ‘smartphone’ son la nueva frontera del sector de los móviles
empezado a vislumbrarse su solución combinando comunicaciones satelitales que puedan utilizarse directamente en smartphones.
Uno de los proyectos más ambiciosos es el de AST SpaceMobile, un grupo satelital que prevé construir una constelación de megasatélites que permitan lograr velocidades de banda ancha en casi cualquier punto de la geografía, incluido en medio del mar, la selva o el desierto. AST tiene en su capital a telecos como Vodafone o Rakuten. Ya ha lanzado un satélite de 70 metros cuadrados de antena y prevé tener un centenar en órbita en dos años, ofreciendo unas velocidades de unos 20 Mbps por cliente. Aunque los nuevos satélites serán aún más grandes y su antena pasará de los 70 metros cuadrados del prototipo lanzado ahora, a unos 500.
La iniciativa de AST, que en España será comercializada en exclusiva por Vodafone durante cinco años, permitirá