CaixaBank cree que la amenaza de las ‘fintech’ se reduce y cuestiona la sostenibilidad de su modelo
CaixaBank ya no cree que la amenaza de los nuevos entrantes digitales siga siendo un riesgo para la banca tan grande como lo era en el pasado. Con más conocimiento de las actuaciones de las fintech y las Big Tech en el territorio financiero y tras un año en el que el sector tecnológico ha sufrido fuertes ajustes en sus valoraciones y ha acometido despidos masivos, la entidad ha reducido su preocupación.
El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri apunta directamente al modelo de negocio de los rivales digitales. “Siguen teniendo rentabilidades negativas a pesar de acumular crecimientos en número de clientes”, asegura CaixaBank en el informe anual de 2022 que acaba de remitir a la CNMV.
Y eso es algo que los inversores han dejado de pasar por alto ante las promesas de hipotéticas ganancias futuras y empiezan a mirar con lupa en busca de resultados tangibles en el presente, según señalan fuentes financieras, que añaden que esa realidad puede recortar de forma drástica la capacidad de las fintech para financiar sus despliegues.
Nuevo contexto
CaixaBank se suma a este argumento. “En el actual contexto de mercado se han producido cambios significativos en sus valoraciones e incluso salidas forzosas de personal, cuestionándose su sostenibilidad”, afirma.
La entidad apunta a todos los jugadores digitales, desde las grandes tecnológicas, como Amazon, Google, Apple, Facebook o Microsoft, hasta los neobancos y los especialistas del pago aplazado.
Con menos dinero en sus bolsillos para atacar mercados y sin modelos de negocio que aseguren una pronta rentabilidad, su capacidad de competir queda mermada.
Así lo reconoce el banco. En el informe anual de 2021, CaixaBank esperaba “un incremento de la competencia de nuevos entrantes con propuestas o tecnologías disruptivas”, pero ahora cree que ese aumento de la rivalidad ya solo será “moderado” por “la reducción de la inversión y las dificultades de acceso a capital”, según el documento recién redactado.
Todo ello ha reducido la categoría del daño que pueden causar. “El grupo considera a los nuevos entrantes un riesgo bajo de ser una potencial amenaza” y en cambio está convencido de que se mantiene intacta la “oportunidad” que suponen “como fuente de colaboración, aprendizaje y estímulo para el cumplimiento de los objetivos de digitalización y transformación del negocio establecidos en el plan estratégico”, explica.
Alianzas
CaixaBank no quiere dejar escapar ninguna ocasión para sumar en transformación tecnológica y para ello realiza “un seguimiento periódico de la evolución de los principales nuevos entrantes y los movimientos de las Big Tech en la industria”.
Esta observación y el mayor conocimiento de lo que pueden aportar los rivales digitales han dado ya sus frutos.
El banco asegura que está apostando por mejorar la experiencia de los clientes con el valor añadido que supone la cercanía y la relación que tiene con ellos, a la vez que está dispuesto a “plantear posibles enfoques de colaboración” y a llegar a acuerdos cuando lo considere necesario, como los que ya tiene con Apple o con PayPal, por ejemplo.
Pero la menor amenaza de las fintech y las Big Tech puede reactivarse incluso en este nuevo contexto si las autoripital dades mantienen una normativa asimétrica entre los requerimientos de unos y otros, alerta el banco.
CaixaBank reclama que las “exigencias regulatorias aplicables a estos nuevos competidores y servicios” se equiparen “a las actuales de las entidades de crédito”.